María,
poesía
Son
difíciles las cosas bellas
Platón
Es mayo y un
altar
de flores
amarillas nos recuerda
que estamos
en el mes en que a la tarde
rezamos a
María y le cantamos
canciones
inocentes con palabras
que no muy
bien sabemos, mas son bellas.
Es mayo y los
vencejos nos anuncian
que está el
calor ya pronto y es la hora
de darle un
riego al patio y recogernos
allí bajo la
parra entretejida.
Se acerca la
estación en que se cortan
las mangas a
las blusas para luego
poder
aprovecharlas en verano.
Tú le mides
las mangas a
papá y, en un pespunte,
dibujas esa
línea que atestigua
que es bella
la pobreza cuando todo
se toca con
amor y hay un motivo
que hilvana
nuestra vida y la dispone
a un cielo
que no alberga todavía
los rostros
que queremos, ni tampoco
las manos que
nos salvan de la muerte.
Es mayo y un
altar
con flores
del jardín reúne en torno
del seno de
María nuestras voces,
palabras muy
sencillas que nos unen
los unos a
los otros y aprovechan
para un
verano dulce al fin del mundo,
para una
buena muerte en la que aguardan
palabras que
ahora bien no comprendemos,
más fueron
esperanza y compañía.
(De “Poemas para mi hermana”, Accésit Adonáis
2016, Rialp 2007)
ooooo ------ ooooo ------ooooo
TRÍPTICO PORTINARI
A Juan Carlos Friebe
Mi querido
Juan Carlos:
estoy en los
Uffici visitando tu libro.
Frente a mí
la Adoración de los Pastores
de Hugo van
der Goes.
La Virgen
está triste y está sola.
Ningún perfil
humano se le acerca
y están sus
ojos fijos en el suelo,
donde el niño
parece
cadáver al
que sólo abriga el barro.
Hay algo de
extravío en este tríptico.
Como bien
sabes tú, la enfermedad
de Hugo van
der Goes era locura,
melancolía la
llamaron,
pero, vista
de cerca, era locura,
quizás
misericordia.
Los ángeles
se apartan. Dejan paso
a los
pastores cuya humilde,
serena
devoción es la mayor
que existe en
cielo y tierra.
Siguiendo la
costumbre tardogótica,
la dimensión
de los cabreros
supera en
proporción a las figuras
del resto de
la tabla. De este modo
el pintor ha
querido recordarnos
el texto de
San Pablo que atestigua
la envidia de
los ángeles al hombre.
Por eso estos
pastores andrajosos,
desdentados y
oscuros,
cubiertos de
rotundas cicatrices
crudamente
empastadas,
irrumpen en
la escena y representan
la miseria
que somos conmovida
ante el
sagrado desvarío
-contra todo
pronóstico-
de un Dios
que se hace pobre entre los pobres.
Un haz de
trigo triste y unos lirios
en un vaso de
lágrimas con mirra
cierran la
escena en primer plano.
Son flores de
las que hay en las cunetas
de todos los
caminos de la historia.
Sólo falta
que los perros
acudan a
lamernos las heridas
que a mí y a
los pastores se nos abren
chirriantes y
oxidadas como hojas
de un
tríptico flamenco en los Uffici.
A excepción
de los ángeles que observan
-pese al
primor de su plumaje -
con recelo a
estos hombres vagabundos,
no hay rastro
de los pájaros ni hay cielo.
ooooo------ooooo-----ooooo
QUIZÁ UNA GOLONDRINA
Como en el
cuadro de Fra Angélico,
un pájaro,
quizá una golondrina,
salta esta
tarde entre las bóvedas del claustro
buscando una
palabra en que anidar.
Y aunque no
es este el año uno
ni estamos a
finales del Trecento,
aunque ni el
manto del azul más limpio
podría
cancelar todas las deudas
que tengo
contraídas con la vida,
aunque,
Señor, yo no soy digno
de que entres
en mi casa y la ilumines,
quizá,
precisamente, por mi pobre
materia de
hombre pobre y desvalido,
quizá porque
este cuadro de Fra Angélico
me invita a
adivinar que tú sí puedes,
quizá por
esta humilde golondrina
que salta,
como aquella del Trecento,
entre las
bóvedas cuajadas
de estrellas
rutilantes de este claustro,
abro mi
corazón y exclamo: fiat.
Ooooo-----ooooo-----ooooo
ANUNCIACIÓN
DEL PRADO
Tan nítido,
tan simple, tan absorto,
no sé por qué
Fra Angélico
ha puesto
sobre el rayo de oro puro,
que fluye de
los labios del arcángel
al vientre de
María, un pajarillo
—posiblemente
un petiblanco—
que escapa al
simbolismo del Trecento.
La
explicación más conocida
nos dice que
las alas color noche
y el blanco
cuerpecillo de esta ave
tan sólo son
humilde referencia
al hábito de
fraile que el pintor
de Fiésole
vestía.
Yo me inclino
por un
significado
de música y
de viento:
las horas
decisivas
se dicen con
palabras voladoras,
pues fue una
borrachera
de canto y de
esperanza
la que hizo
carne el verbo
en esa niña
pobre de Judea.
Pero claro:
quizás estoy
hablando de mi vida,
y el pájaro
pintado sólo intente
dejar un
testimonio blanco y negro
de cómo el
infinito lo reciben
tan sólo los
humildes, los que tiemblan.
En arte, en
todo caso,
la última
palabra nunca importa
con tal que
el cuadro alumbre otra palabra
y el pájaro
revuele al apagarse
la sala del
museo que lo expone,
El Prado,
y tú, lector,
aceptes compasivo
las cosas que
la vida de los otros
me dice de mi
vida y no comprendo.
De “Yo he
querido ser grúa muchas veces”. Visor, 2ª edic., 2014.
Fr. Antonio Praena, OP
MISTERIOS DOLOROSOS
Primer misterio: La oración en Getsemaní
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
Segundo Misterio: La Flagelación de Jesús
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
Tercer Misterio: La coronación de espinas
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
Cuarto Misterio: Jesús con la Cruz a cuestas
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
Quinto Misterio: La crucifixión y muerte
de Jesús
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.