Orar con
María en Pentecostés
María fue la primera en recibir ese fuego del
Espíritu que brota de lo profundo de su ser. Abre los misterios gozosos del
rosario y ofrece su cuerpo y su corazón para que el fuego del Espíritu encienda
en ella la zarza ardiente del Verbo encarnado. Lo lleva en sus entrañas sin ser
consumida por Él. Los misterios dolorosos la intuyen al pie de la cruz para
recibir de Jesús la quemadura del fuego del amor misericordioso. Por último
reaparece en Pentecostés.
Pentecostés prolonga la pasión al mismo tiempo que
introduce en la gloria. Así María está habitada por la gloria de Cristo muerto
y resucitado. Hasta Pentecostés su espera tuvo un carácter especial. En el
momento de la Encarnación percibió de una manera única la acción del Espíritu
Santo. En Pentecostés ese mismo Espíritu Santo se hizo incandescente por una
nueva efusión que hace de ella una resucitada viviente. Al estar con los
apóstoles en el nacimiento de la Iglesia queda configurada como Madre de la
misma Iglesia.
María es la madre al mismo tiempo que la imagen,
el corazón y el alma de esta Iglesia que vive su primer pentecostés. El
pentecostés de la Iglesia durará hasta la vuelta de Jesús en gloria. A María le
queda convertirse en la madre de la humanidad entera hasta el final de los
tiempos. María es la virgen humilde y paciente que espera en silencio la hora
de la efusión del Espíritu Santo enseñando a la Iglesia y a los cristianos a
aceptar la espera para que el Espíritu Santo pueda llevar en ellos todos los
frutos de la Pascua de Cristo.
Pero su espera no es pasiva, es vigilante y
orante. Esperando esta vuelta de Jesús la intercesión de María está orientada
totalmente al Padre, al que pide el envío del Espíritu Santo en nombre de
Jesús. Todos los que el Padre llama a permanecer en el Cenáculo entran en esta
oración de María, prolongándola y continuándola por la Iglesia para que se
realice en el mundo un nuevo Pentecostés.
Después de la Ascensión los apóstoles quedaron
todavía en la oscuridad y tenían que esperar con fe la eclosión del Espíritu.
Jesús les deja a su Madre, la creyente, que mantuvo su fe hasta el extremo, al
pie de la cruz, para que les ayude a mantener la fe y la perseverancia. Sin
embargo, no se ha visto a María en los pasajes de la resurrección, pero es muy
probable que no estuviera lejos, puesto que vive con Juan. Hay que esperar a la
partida definitiva de Jesús para encontrarla citada.
Los evangelistas, siempre discretos al hablar de
la Virgen María y de los acontecimientos de su vida, señalan su presencia en
ese momento; hay un designio de fe para la comunidad de los apóstoles. La
intención de Lucas es clara, quiere mostrar que la presencia de María era
indispensable en el Cenáculo, como lo era en Nazaret el día de la Anunciación y
en Caná de Galilea cuando el comienzo del ministerio de Jesús.
En un clima de alegría, alabanza y oración en
Jerusalén, María les inicia en una alegría nueva, de la cual posee el secreto,
porque el Jesús glorioso les ha prometido el Espíritu Santo que habitará en
ellos y les instruirá sobre todo lo que el Señor les ha dicho. María estaba
allí como la Madre del Señor a la que se respeta y se la venera por el vínculo
privilegiado que tuvo con Él y por su presencia y confianza en el Calvario.
Después de dar a su Hijo un cuerpo y su ser de hombre, continúa místicamente
este papel a medida que la humanidad entra en comunión con su Hijo. Es la Madre
de la Iglesia hasta el final de los tiempos.
fr. Miguel Angel Vilchez, OP
El Greco |
MISTERIOS GLORIOSOS
Primer
misterio: La Resurrección del Señor
“Al alborear
el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el
sepulcro. Un ángel del Señor dijo a las mujeres: Vosotras no temáis, ya sé
que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. ¡Ha resucitado! Venid
a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: Ha resucitado”
(cf. Mt 28, 1-8).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Segundo Misterio: La Ascensión
a los cielos
“Jesús dijo
a sus discípulos: Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el
fin del mundo”. “El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió a los
cielos y se sentó a la derecha de Dios” (Mt 28, 20; Mc 16, 19).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Tercer
Misterio: La venida del Espíritu Santo
“De repente,
un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde
estaban los discípulos. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se
repartían posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo”
(Hch 2, 1-4).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Cuarto
Misterio: La Asunción de María
“María dijo: Me felicitaran todas las generaciones, porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí” (Lc 1, 48-49). “¡Toda hermosa eres amada mía,
no hay defecto en ti! Ven del Líbano, esposa mía, ven” (Ct 4, 7).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Quinto
Misterio: La Coronación de Nuestra Señora
“Una gran
señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus
pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Y fue arrojado el gran
dragón, la Serpiente antigua, el llamado diablo y satanás” (Ap 12, 1, 9).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Oración a María
Virgen del
Magníficat,
Tú que has
sido,
con humildad y
magnanimidad,
la esclava del
Señor,
danos tu misma
disponibilidad
para el
servicio de Dios
y para la
salvación del mundo.
Abre nuestros
corazones
a las inmensas
perspectivas del reino de Dios
y del anuncio
del Evangelio a toda criatura.
En tu corazón
de madre
están siempre
presentes los muchos peligros
y los muchos
males que aplastan
a los hombres y
mujeres de nuestro tiempo.
Pero también
están presentes
tantas
iniciativas de bien,
las grandes
aspiraciones a los valores,
los progresos
realizados
en el producir
frutos abundantes de salvación.
Virgen
valiente,
inspira en
nosotros fortaleza de ánimo
y confianza en
Dios,
para que
sepamos superar
todos los
obstáculos que encontremos
en el
cumplimiento de nuestra misión.
Enséñanos a
tratar las realidades del mundo
con un vivo
sentido de responsabilidad cristiana
y en la gozosa
esperanza
de la venida
del reino de Dios,
de los nuevos
cielos y la nueva tierra.
[fr. Miguel Angel Vilchez, OP]
Libro sobre María:
“EL EVANGELIO SECRETO DE LA VIRGEN MARIA”
Autor:
Santiago Martín.
Editorial: Planeta. Colección: Booket.
María en la Música:
"MARÍA PEREGRINA" de Maite López.