domingo, 3 de mayo de 2020

María en Pentecostés


Orar con María en Pentecostés

María fue la primera en recibir ese fuego del Espíritu que brota de lo profundo de su ser. Abre los misterios gozosos del rosario y ofrece su cuerpo y su corazón para que el fuego del Espíritu encienda en ella la zarza ardiente del Verbo encarnado. Lo lleva en sus entrañas sin ser consumida por Él. Los misterios dolorosos la intuyen al pie de la cruz para recibir de Jesús la quemadura del fuego del amor misericordioso. Por último reaparece en Pentecostés.
Pentecostés prolonga la pasión al mismo tiempo que introduce en la gloria. Así María está habitada por la gloria de Cristo muerto y resucitado. Hasta Pentecostés su espera tuvo un carácter especial. En el momento de la Encarnación percibió de una manera única la acción del Espíritu Santo. En Pentecostés ese mismo Espíritu Santo se hizo incandescente por una nueva efusión que hace de ella una resucitada viviente. Al estar con los apóstoles en el nacimiento de la Iglesia queda configurada como Madre de la misma Iglesia.
María es la madre al mismo tiempo que la imagen, el corazón y el alma de esta Iglesia que vive su primer pentecostés. El pentecostés de la Iglesia durará hasta la vuelta de Jesús en gloria. A María le queda convertirse en la madre de la humanidad entera hasta el final de los tiempos. María es la virgen humilde y paciente que espera en silencio la hora de la efusión del Espíritu Santo enseñando a la Iglesia y a los cristianos a aceptar la espera para que el Espíritu Santo pueda llevar en ellos todos los frutos de la Pascua de Cristo.
Pero su espera no es pasiva, es vigilante y orante. Esperando esta vuelta de Jesús la intercesión de María está orientada totalmente al Padre, al que pide el envío del Espíritu Santo en nombre de Jesús. Todos los que el Padre llama a permanecer en el Cenáculo entran en esta oración de María, prolongándola y continuándola por la Iglesia para que se realice en el mundo un nuevo Pentecostés.
Después de la Ascensión los apóstoles quedaron todavía en la oscuridad y tenían que esperar con fe la eclosión del Espíritu. Jesús les deja a su Madre, la creyente, que mantuvo su fe hasta el extremo, al pie de la cruz, para que les ayude a mantener la fe y la perseverancia. Sin embargo, no se ha visto a María en los pasajes de la resurrección, pero es muy probable que no estuviera lejos, puesto que vive con Juan. Hay que esperar a la partida definitiva de Jesús para encontrarla citada.
Los evangelistas, siempre discretos al hablar de la Virgen María y de los acontecimientos de su vida, señalan su presencia en ese momento; hay un designio de fe para la comunidad de los apóstoles. La intención de Lucas es clara, quiere mostrar que la presencia de María era indispensable en el Cenáculo, como lo era en Nazaret el día de la Anunciación y en Caná de Galilea cuando el comienzo del ministerio de Jesús.
En un clima de alegría, alabanza y oración en Jerusalén, María les inicia en una alegría nueva, de la cual posee el secreto, porque el Jesús glorioso les ha prometido el Espíritu Santo que habitará en ellos y les instruirá sobre todo lo que el Señor les ha dicho. María estaba allí como la Madre del Señor a la que se respeta y se la venera por el vínculo privilegiado que tuvo con Él y por su presencia y confianza en el Calvario. Después de dar a su Hijo un cuerpo y su ser de hombre, continúa místicamente este papel a medida que la humanidad entra en comunión con su Hijo. Es la Madre de la Iglesia hasta el final de los tiempos.
                                                       fr. Miguel Angel Vilchez, OP
El Greco


MISTERIOS GLORIOSOS

Primer misterio: La Resurrección del Señor
“Al alborear el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Un ángel del Señor dijo a las mujeres: Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. ¡Ha resucitado! Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: Ha resucitado” (cf. Mt 28, 1-8).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 Segundo Misterio: La Ascensión a los cielos
“Jesús dijo a sus discípulos: Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.  “El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió a los cielos y se sentó a la derecha de Dios” (Mt 28, 20; Mc 16, 19).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
Tercer Misterio: La venida del Espíritu Santo
“De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde estaban los discípulos. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo” (Hch 2, 1-4).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 Cuarto Misterio: La Asunción de María
“María dijo: Me felicitaran todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí” (Lc 1, 48-49).  “¡Toda hermosa eres amada mía, no hay defecto en ti! Ven del Líbano, esposa mía, ven” (Ct 4, 7).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 Quinto Misterio: La Coronación de Nuestra Señora
“Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Y fue arrojado el gran dragón, la Serpiente antigua, el llamado diablo y satanás” (Ap 12, 1, 9).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 
Oración a María

Virgen del Magníficat,
Tú que has sido,
con humildad y magnanimidad,
la esclava del Señor,
danos tu misma disponibilidad
para el servicio de Dios
y para la salvación del mundo.
Abre nuestros corazones
a las inmensas perspectivas del reino de Dios
y del anuncio del Evangelio a toda criatura.

En tu corazón de madre
están siempre presentes los muchos peligros
y los muchos males que aplastan
a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Pero también están presentes
tantas iniciativas de bien,
las grandes aspiraciones a los valores,
los progresos realizados
en el producir frutos abundantes de salvación.

Virgen valiente,
inspira en nosotros fortaleza de ánimo
y confianza en Dios,
para que sepamos superar
todos los obstáculos que encontremos
en el cumplimiento de nuestra misión.
Enséñanos a tratar las realidades del mundo
con un vivo sentido de responsabilidad cristiana
y en la gozosa esperanza
de la venida del reino de Dios,
de los nuevos cielos y la nueva tierra.

 [fr. Miguel Angel Vilchez, OP]

Libro sobre María:
“EL EVANGELIO SECRETO DE LA VIRGEN MARIA”
Autor:  Santiago Martín.
Editorial: Planeta.  Colección: Booket.

 María en la Música:
"MARÍA PEREGRINA"  de Maite López.