domingo, 24 de mayo de 2020

Ascensión: El eco de la Pascua

Ascensión: El eco de la Pascua

Cuando éramos pequeños nos resultaba asombroso el efecto que producía el eco: aquella palabra que gritábamos en medio de las montañas o en un edificio gigantesco se nos devolvía retardada en el tiempo y con menor intensidad hasta regalarnos el silencio… Lo realmente sorprendente no era la palabra pronunciada, sino aquel misterio que nos despertaba tanta admiración.
La Resurrección de Jesús, la palabra más grande pronunciada por Dios en nuestro mundo y en su Historia, resuena ahora con fuerza, cuarenta días después de la Pascua. Vuelve a nosotros el mismo hecho admirable, con una variante melódica y con la invitación al compromiso. La Ascensión pone el foco de la Pascua no en el sepulcro abierto o en los encuentros con los discípulos: ahora somos nosotros los concernidos por la fuerza de esta palabra. Este eco pascual se convierte en invitación a ser testigos, evangelizadores, continuadores de la labor del Resucitado. ¿Y si no acogemos esta palabra? ¿Y si pensamos que con nosotros no va? Entonces esa voz se pierde. ¡Fue bonita mientras duró! Se recogerá en libros y tratados, pero perdió la vida, el aliento, la capacidad de recrear y contagiar la vida de Dios…
Tal día como hoy, 24 de mayo de 1233, la palabra pronunciada por Santo Domingo de Guzmán, eco de la vida del Resucitado, volvía a cobrar fuerza. Doce años llevaba muerto el santo de Caleruega. Sus compañeros decidieron trasladar sus restos y abrir para ello su tumba. Su voz estaba apagada, pero se manifestó su perfume. Así lo atestiguan quienes allí estuvieron: un perfume especial, evangélico, de santidad se hizo notar en la sepultura y produjo efectos de conversión, de esperanza, de resurrección.
“Si se calla el cantor, calla la vida”… La Ascensión de Jesús nos pone a nosotros en camino, continuadores del espíritu del Resucitado. Especialmente en estos días necesitados de paz, de compromiso y de esperanzas… Y María sabe como nadie de senderos y rutas, de levantar la antorcha, de anunciar el Reino. Sobre todo porque la que es “Auxiliadora de los cristianos”, desde la Pascua, se hace compañera de los testigos y predicadores. Con Ella, en este día tan dominicano, acogemos el segundo misterio de gloria, y nos ponemos en camino.
Fr. F. Javier Garzón, O.P.

MISTERIOS GLORIOSOS

Primer misterio: La Resurrección del Señor
“Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”. (Jn. 11, 25-26).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 Segundo Misterio: La Ascensión a los cielos
“Mientras los bendecía, se separó de ellos subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante Él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría.” (Lc. 24, 51-52)
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
Tercer Misterio: La venida del Espíritu Santo
“Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines del mundo”. (Hch.1, 8)
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 Cuarto Misterio: La Asunción de María
“Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo”. (Fil. 3, 20).

Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 Quinto Misterio: La Coronación de Nuestra Señora
“Apareció una figura portentosa en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas”. (Ap. 12, 1).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.


Oración a María

Dios te salve María,
por la luz de la luz transfigurada.
Dios te llena y te guía
y el fruto de tu vientre en tu mirada.
Dios te salvó, María.
Te llenó de su fuerza complaciente,
como el fuego del sol llena la aurora,
como el agua  la fuente.
Maduró con su luz y su ternura
El fruto de tu amor y de tu vientre.

Santa María,
hija del pueblo,
madre paciente,
fiel, generosa,
pobre y rebelde...

Míranos peregrinos, vacilantes,
cultivando este viejo paraíso,
caminando hacia tu cielo lentamente.
No queremos cansarnos de este mundo,
ni buscamos un refugio celeste.
Pero tú no te canses
de mostrarnos la meta, los caminos,
ahora y siempre.

(V.M. Arbeola)


Un libro para este día:

“CREER LA PALABRA Y PONERSE EN CAMINO”
Autor:  Vicente Botella Cubells, O.P.
Editorial: San Pablo

Una canción para hoy:

"SI SE CALLA EL CANTOR". Mercedes Sosa