lunes, 29 de noviembre de 2021

ADVIENTO 2021 desde SCALA COELI: Primera Semana

 

 

ADVIENTO 2021:

ES POSIBLE RECOMENZAR,  PORQUE SOY UN SER CREADO.

 

EN ADVIENTO, tomo conciencia de que he sido creado por Dios y por ello, puedo volver a empezar. Mi camino ya está marcado en su punto de partida. El árbol vive de sus propias raíces. Nuestra raíz más vital es sin duda la mano del Creador.

 

1. Adviento puede ser un  tiempo para empezar, volviendo a la obra Creadora.

 Un tiempo para volver y contemplar nuestras raíces más ocultas. A todos los que piensan que no se puede ya recomenzar, hay que recordarles que “Nada hay imposible para Dios”, como lo fue cuando fui creado de la nada. Si quieres recomenzar debes volver al inicio, y encontrar ahí lo que es vital para ti. En las raíces encontrarás a Otro, porque nadie se inicia por sí mismo. Poder empezar es un don que Alguien nos hace. La vida, en efecto, se recibe. Si traicionas el inicio, traicionas el todo.

Durante Adviento puedo volver a empezar leyendo el primer capítulo del Génesis, para recuperar ahí nuestro ADN espiritual, que es la imagen de Dios, y la impronta que El nos da. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen  y semejanza. (Gn 1,26). El texto del primer capítulo de la biblia ha salido de un pueblo que estaba intentando recomenzar, que habiéndose equivocado muchas veces, finalmente intentaba decir a sus hijos cómo volver a empezar.  La sabiduría contenida en el relato del comienzo es una sabiduría que quiere indicar el camino a seguir y describir lo esencial para lograrlo. Cuando acepto unir la Palabra creadora de Dios con mi vida real, descubro que aún corre por mis raíces una fuerza extraordinaria que me hace reencontrarme dentro de la obra de Dios. Y vió Dios que todo era muy bueno. 

¿Cómo hacer este trabajo?. Tratando de captar los dones de creación en mis propias raíces, para recomenzar y ponerme en pie.

2. Recomenzar en Adviento es “Ser Regenerado por Dios”.¡Dios me recrea!

Para ser regenerado se requiere un Padre. Recomenzar, no se hace. Se recibe. Dejarnos trabajar por Dios, estar con Él y dejarlo operar. La vida es una serie interminable de inicios, de comienzos. ¿Cuántas veces habré comenzado?. Y aquí estoy. Volver a empezar parece difícil. Tras un fracaso o una dura prueba, se puede llegar a pensar que recomenzar es ya imposible. Pero no es verdad. Recomenzar es posible siempre. Se trata de un arte que exige humildad y unos pies que caminen en la realidad. Un recorrido de discernimiento, para descubrir lo que yo llevo de Dios, a través de lo cual Él quiere expresarse. ¿Qué descubro de Dios en mi?.

3. Dios vuelve a hacerse Niño para que yo pueda volver a nacer.

Cada vez que nuestra historia conozca una prueba, ese momento será también el único en que podremos hacer experiencia de Dios, porque su gracia, habiéndonos precedido, estará ya allí esperando abrazarnos.  Dios quiere que todos los hombres se salven. Hemos sido creados para vivir y crecer. El infierno es el lugar habitual que todos experimentamos cuando nos enfrentamos con nuestros límites, en una situación difícil donde no nos entendemos. Pero volver a las raíces, nos permite recomenzar.


RECOMENZAR,  ES  NACER  DE  NUEVO  EN  DIOS

En nuestra memoria y en nuestro corazón aún permanecen momentos dolorosos, como secuelas de la Fragilidad experimentada en estos años. Pero ahora, se puede comenzar a vivir, a creer y a amar. Y lo hacemos con esta pregunta para orar y dialogar hoy: ¿En tiempos de crisis qué se puede esperar?.

1.      En tiempo de crisis se derrumban nuestras magníficas construcciones.

Emprendí mis grandes obras, me construí palacios, me planté viñas. Atesoré plata y oro, y vi que todo es vanidad (Eclesiastés 20,24.7-8.11). Hoy diríamos que todo era una gran burbuja y que terminó desinflándose, para hoy, ¡volver a empezar!.

2.      En tiempos de crisis se apagan las luces más atrayentes, se oscurecen las estrellas, se marchitan nuestros mejores ideales.

Ya no se conoce la verdad ni se sabe hacia dónde caminar. He aplicado mi corazón a conocer la sabiduría, y también a conocer la locura y el desvarío; he comprendido que aún esto mismo es atrapar vientos, pues donde abunda sabiduría, abundan penas, y quien acumula ciencia, acumula dolor. (Ecltés.1,17s). ¡Pero hoy, podemos empezar de nuevo!

3.      En tiempo de crisis se escuchan y originan grandes lamentos y sufrimientos, uno se encuentra solo y no sabe a qué puerta llamar.

Volví a considerar todas las violencias perpetradas bajo el sol, y vi el llanto de los oprimidos, sin tener quien los consuele. (Ecle 4,1-10). ¡Entonces, desde esa nada, puedo recomenzar!

4.      En tiempo de crisis se expande el desencanto y la angustia vital.

Todo resulta más inseguro; se multiplican los espejismos; se confía más en la suerte que en los propios esfuerzos. ¿Quién sabe lo que conviene al hombre en su vida, durante los días contados de su vano vivir, que él los vive como una sombra?. Por más que se afane el hombre en buscar, nada descubre. Y ni de amor, ni de odio saben los hombres nada, todo les resulta absurdo. (Ecle 6,12). Y ¡Vuelvo al origen con Dios!

5.      En tiempos de fragilidad generalizada, ¿qué se puede esperar sino a Dios?

El libro del Eclesiastés que es humano, muy humano, buen conocedor del alma y de la vida humana,  nos centra y  orienta a la esperanza en Dios. Acuérdate de tu Hacedor durante la juventud, antes de que lleguen los días aciagos (Ecl 12, 1. 6s).

 

ORACION:

Dios Omnipotente, que estás presente en todo el universo y en las más pequeñas de todas las criaturas. Tú que rodeas con ternura todo lo que existe, derrama en nosotros la fuerza de tu amor para que cuidemos la vida. Inúndanos de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas, sin dañar a nadie. Ayúdanos a rescatar a los abandonados y olvidados de la tierra que tanto valen a tus ojos. Enséñanos a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados que estamos unidos con todas las criaturas. Gracias, Señor, porque estás con nosotros todos los días,  permitiéndonos empezar de nuevo. Amén.


PALABRA CON LA QUE DIOS ME RECREA, Y YO ME DEJO HACER

Así me dice Dios:

1.      Date cuenta de que yo estoy contigo. Yo te protegeré por dondequiera que vayas. No te dejaré ni un momento, hasta que haya hecho lo que te he dicho (Gn 28,15).

2. Esfuérzate y se valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas (Jos 1,9).

3. El Señor va delante de ti. El estará contigo, y no te dejará ni te desamparará. No temas ni te intimides. ( Dt 31,8).

4. No temas, porque yo estoy contigo, no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré: te sostendré con mi diestra victoriosa. (Is 41,10).

5. Los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo; corren y no se cansan, caminan y no se fatigan (Is 40,31).

6. No temas, porque yo te redimí. Así dice el Señor, el que te creó y te formó; yo te di tu nombre y tú me perteneces. (Is 43,1).

7. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, cuando cruces los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni las llamas arderán. (Is 43,2).

8. Ante mis ojos tu eres grandemente estimado. Yo te amo y por ti y por tu vida daré hombres y naciones (Is 43,4).

9. Yo mismo soy tu consuelo. ¿Quién eres tú para tener miedo de hombres mortales, que son como paja?. (Is 51,12).

10. No temas delante de nadie, porque yo estoy contigo y te pondré a salvo, (Jer 1,8)


Y así respondo yo:

1. Mi alma espera en el Señor, espera en su Palabra. (Sal 129)

2. Señor, Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío. (Sal 91,1)

3. En paz me acuesto y me duermo, porque sólo Tú, me haces vivir confiado. (Sal 4,8)

4. Tu amor dura por siempre. ¡No abandones la obra de tus manos! (Sal 138)

5. Sáname Señor, y seré sanado. Sálvame y seré salvado. (Jer 17,14).

 

Fr. José Antonio Segovia, OP

 

 

 


martes, 23 de noviembre de 2021

ADVIENTO 2021 desde SCALA COELI: Presentación

 

ADVIENTO 2021: 
De la “Fragilidad a la Regeneración espiritual”

 

¡Después de dos años de confinamiento, vacunas, mascarillas y distancias, ¡hoy abrimos  de nuevo esta ventana del Blog de Scala Coeli,  para empezar de nuevo a respirar y acelerar el ritmo de nuestro camino espiritual!. Y lo hacemos con la oportunidad de un nuevo Adviento, para inspirar a Dios, y  hacerlo de una forma más honda, más sana, más natural y más  espiritual.

El Adviento del año pasado lo dedicamos a hacernos cargo de nuestra fragilidad, hasta llegar a reverdecer en la Carne de un Niño. Este año vamos a hacerlo con otra actitud: “Viviendo la vida y la fe como una experiencia de Regeneración”, aprendiendo y recogiendo los frutos de aquel alumbramiento. Del camino de la Fragilidad al de la Regeneración espiritual”.

Es verdad que sigue habiendo momentos en que nos falta el aliento y necesitamos respirar mejor. Por una razón o por otra, por problemas de salud, de vejez, de cansancio y agotamiento. Quizás por problemas psíquicos o físicos, problemas de relación y convivencia, problemas sociales y económicos, todo ello puede provocar en nosotros asfixia y angustia. Pero sobre todo  depresión espiritual porque no nos oxigenamos bien. En tiempos de crisis empezamos a sufrir desajustes respiratorios. Nos falta el aliento para llegar al final de la meta. Nos ponemos nerviosos y nos estresamos. Tenemos que sentarnos a mitad de camino para respirar mejor.

Otras veces el problema está en la contaminación del ambiente espiritual de soledad y desánimo. Respiramos un aire que no es limpio y que ensucia nuestros pulmones, como el de las habitaciones muy cerradas o estancias de fumadores o cualquier otro tipo de contagio.

Por eso, necesitamos retomar todas esas secuelas que nos ha dejado esa crisis globalizada, que no es solamente económica, sino de valores, no sólo crisis de bienestar, sino de humanidad, y espiritual muy profunda, parece que está originando asfixia de millones de personas, sea violenta, sea lenta. El ambiente está muy enrarecido, cargado de malos humores. Respiramos, por desgracia, aires nuevos, contagiados de angustia, desconfianza, desánimo, pesimismo. Respiramos poco y respiramos mal. Nos llenamos de virus negativos y entristecidos. ¿Qué podemos hacer?. ¡Volver a empezar!. ¡Renacer!. ¡Regenerarnos desde la experiencia vivida!


EN ADVIENTO, PODEMOS VOLVER A RESPIRAR ESPERANZA.

*Desde la fe vivida en la fragilidad, abrimos hoy las ventanas de la Regeneración, de la Renovación, del Renacimiento, como hizo Juan XXIII.

*Desde la fe de Adviento, nos quitamos las mascarillas, los cristales oscuros de los miedos, y nos ponemos cristales limpios de un tiempo nuevo.

*Desde la fe Regeneradora, dejamos de mirar hacia atrás y hacia abajo y nos disponemos a mirar hacia adelante y hacia arriba.

*Desde esta Fe de un Adviento Nuevo, subimos a la montaña y empezamos a respirar las corrientes puras de la esperanza.

*La Esperanza es un aire que regenera y rejuvenece, que nos llena de gozo y energía.

*La Regeneración de la Esperanza, nos acerca a la realidad de un mundo nuevo, estructuras nuevas, empresas nuevas, trabajo nuevo: He aquí que yo hago un cielo nuevo y una tierra nueva, dice Dios (Is 65,17; Ap 21,1).

  

Las estaciones por las que vamos a pasar en este viaje espiritual de Adviento, y en las que vamos a detenernos, para repostar la esperanza  durante estas cuatro semanas hasta Navidad, van a ser las siguientes:

1ª Semana. ¡El arte de Recomenzar!. El comienzo lo contiene todo

2ª Semana. ¡La Regeneración espiritual!. Es necesario nacer de nuevo en Dios.

3ª Semana. “La Oración como experiencia regeneradora”. Con aliento Divino.

4ª Semana. “La regeneración nos hace testigos de vida y esperanza. ¡Alegraos!

NAVIDAD.Soñemos una vida mejor,  con Jesús en nuestras manos”

 

ORACIÓN DE ADVIENTO,

como experiencia de Regeneración espiritual

 

En nombre del Padre Dios

os anuncio que comienza el Adviento.

Restregaos los ojos y alzad la vista,

mirad al horizonte, perforad la realidad,

daos cuenta del momento: es una nueva oportunidad.

Aguzad el oído, captad los gritos y los susurros

de la vida, de los que luchan por la vida, de los que sufren en la vida.

 

Empezamos Adviento y una vez más

vemos el horizonte teñirse de esperanza.

En medio de nubarrones de pobreza, injusticia e insolidaridad

clarea el alba de la regeneración, pues Dios se encarna.

Dios es quien nos visita, ayer, hoy y siempre.

Y una Navidad fraternal, solidaria, hecha de austeridad y alegría

aparece como regalo.

 

Estad alerta, vigilad…¡Convertíos en centinelas

que oteéis el Reino que viene, que no os pase desapercibido!.

Que os incorporéis en la corriente de vida nueva,

que fluye ya, aunque quizás subterránea, por nuestra sociedad.

Esperad con Maria al Enmanuel, al que hará caer a los ricos

y sostendrá a los pobres y a los limpios de corazón,

y a los que tienen entrañas de misericordia.

 

Alegraos, saltad de júbilo.

Poneos traje de fiesta, perfumaos… que se note que viene Dios.

Compartid, preocupaos por la justicia y la fraternidad,

Que se note que viene Dios y que le encuentran los que practican la justicia.

Preparad el camino. Viene, viene ya, está llamando a la puerta,

Poneos en pie, encended la lámpara y acoged la nueva vida que nos da.

Amén.

 

Fr. José Antonio Segovia, OP