sábado, 29 de febrero de 2020

El camino de la Cuaresma día a día. -3-


ITINERARIO  CUARESMAL  EN EL 2020
En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios (2Cor 5,20)

TERCERA PARADA.  Para un chequeo espiritual  y examen en Cuaresma

Fui a la clínica del Señor, a hacerme una revisión de rutina y constaté que estaba enfermo:
- Cuando Jesús me tomó la presión, vi que estaba baja de ternura.
- Al medirme la temperatura, el termómetro registró 40 grados de egoísmo.
- Hizo un electrocardiograma y el diagnóstico fue que necesitaba varios by-pass de amor porque mis venas estaban bloqueadas de soledad y no abastecían mi corazón vacío.
- Pasé a ortopedia, ya que no podía caminar al lado de mi hermano, y tampoco podía abrazarlo porque me había fracturado un brazo y una pierna al tropezar con mi vanidad.
- También me encontró miopía: ya no podía ver más allá de las cosas negativas de mi prójimo.
- Cuando me quejé de sordera, Jesús me diagnosticó que había dejado de escuchar su voz cada día.
Por eso Jesús me ha dado hoy una consulta gratuita y, gracias a su gran misericordia, prometo que al salir de esta clínica tomaré solamente los medicamentos naturales que me recetó a través de su Evangelio:
- Al levantarme, tomaré un vaso de Agradecimiento.
- Al llegar al trabajo, una cucharada de Paz.
- Cada hora, un comprimido de paciencia y una copa de Humildad.
- Al llegar a casa, voy a tener diariamente una inyección de Amor.
- Al irme a acostar, dos cápsulas de Conciencia tranquila.

¡Gracias, Señor, por hacer de mí una persona mejor cada día!

Fr. José Antonio Segovia, O.P.


Detalle de Capilla de la Iglesia de la Natividad (Belén)



Salmo: "Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad".

Oración: “Señor, mira compasivo nuestra debilidad y extiende sobre nosotros tu mano poderosa”.


Evangelio: San Lucas, 5, 27-32




MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA CUARESMA 2020
(III)
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3. La apasionada voluntad de Dios de dialogar con sus hijos


El hecho de que el Señor nos ofrezca una vez más un tiempo favorable para nuestra conversión nunca debemos darlo por supuesto. Esta nueva oportunidad debería suscitar en nosotros un sentido de reconocimiento y sacudir nuestra modorra. A pesar de la presencia —a veces dramática— del mal en nuestra vida, al igual que en la vida de la Iglesia y del mundo, este espacio que se nos ofrece para un cambio de rumbo manifiesta la voluntad tenaz de Dios de no interrumpir el diálogo de salvación con nosotros. En Jesús crucificado, a quien «Dios hizo pecado en favor nuestro» (2 Co 5,21), ha llegado esta voluntad hasta el punto de hacer recaer sobre su Hijo todos nuestros pecados, hasta “poner a Dios contra Dios”, como dijo el papa Benedicto XVI (cf. Enc. Deus caritas est, 12). En efecto, Dios ama también a sus enemigos (cf. Mt 5,43-48).

El diálogo que Dios quiere entablar con todo hombre, mediante el Misterio pascual de su Hijo, no es como el que se atribuye a los atenienses, los cuales «no se ocupaban en otra cosa que en decir o en oír la última novedad» (Hch 17,21). Este tipo de charlatanería, dictado por una curiosidad vacía y superficial, caracteriza la mundanidad de todos los tiempos, y en nuestros días puede insinuarse también en un uso engañoso de los medios de comunicación.
… … …





viernes, 28 de febrero de 2020

El camino de la Cuaresma día a día. -2-


ITINERARIO  CUARESMAL  EN EL 2020
En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios (2Cor 5,20)

SEGUNDA PARADA: Conversión y transformación por medio de la Oración en Cuaresma:

         a) Pide al Señor el don de orar; que tu actividad, tu atención, tu experiencia, tus sentimientos, ideas, deseos...te hagan más cercano/a  a  Dios. Pide el don de orar

         b) Imagínate, a modo de parábola, que Dios-Padre te dice: “Hijo/a, voy a hacer un largo viaje y he escondido una luz gozosa  en tu vida; me gustaría que lo encontrases- aunque a veces no te sea fácil- en las múltiples áreas de tu vida: personal, relacional, laboral. Cuando vuelva del largo viaje, te preguntaré si lo has encontrado y asumido. Ten paciencia y busca; tal vez lo encuentres disfrazado, porque en algunas ocasiones lo he escondido muy profundamente, aunque otras lo he ocultado más superficialmente. Te preguntaré a mi vuelta si has encontrado el gozo luminoso que  he puesto en tu vida.

         c) Quédate a solas contigo mismo/a, con tu propia vida, con tu vida real, tratando, aunque te sea difícil, de buscar el gozo que El ha escondido en tu vida. ¿Cómo buscas?

         c) Imagínate por un momento la vuelta de ese largo viaje del Padre-Dios, que te pregunta si has encontrado el gozo. Si no ha sido así, dile claramente que no lo has encontrado; si has encontrado poco, díselo también con claridad; si has aprendido a buscar, y tal vez has encontrado más, díselo y pídele que te ayude a buscarlo en adelante de una manera más auténtica. ¿Con qué cuento para hacer  el camino cuaresmal?
 
Fr. José Antonio Segovia, O.P.


Modos de orar de Santo Domingo. Cuarto Modo. Autor: Fr. Félix Hernández, OP




Salmo: "Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias".

Oración: "Te pedimos, Señor todopoderoso, que la participación en tus sacramentos nos purifique de todo pecado y nos disponga a recibir los dones de tu bondad".


Evangelio: San Mateo, 9, 14-15




MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA CUARESMA 2020
(II)



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2. Urgencia de conversión
Es saludable contemplar más a fondo el Misterio pascual, por el que hemos recibido la misericordia de Dios. La experiencia de la misericordia, efectivamente, es posible sólo en un «cara a cara» con el Señor crucificado y resucitado «que me amó y se entregó por mí» (Ga 2,20). Un diálogo de corazón a corazón, de amigo a amigo. Por eso la oración es tan importante en el tiempo cuaresmal. Más que un deber, nos muestra la necesidad de corresponder al amor de Dios, que siempre nos precede y nos sostiene. De hecho, el cristiano reza con la conciencia de ser amado sin merecerlo. La oración puede asumir formas distintas, pero lo que verdaderamente cuenta a los ojos de Dios es que penetre dentro de nosotros, hasta llegar a tocar la dureza de nuestro corazón, para convertirlo cada vez más al Señor y a su voluntad.
Así pues, en este tiempo favorable, dejémonos guiar como Israel en el desierto (cf. Os 2,16), a fin de poder escuchar finalmente la voz de nuestro Esposo, para que resuene en nosotros con mayor profundidad y disponibilidad. Cuanto más nos dejemos fascinar por su Palabra, más lograremos experimentar su misericordia gratuita hacia nosotros. No dejemos pasar en vano este tiempo de gracia, con la ilusión presuntuosa de que somos nosotros los que decidimos el tiempo y el modo de nuestra conversión a Él. 
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