La Virgen
Maria en la nueva evangelizacion y la Oración del Rosario.
María, Madre de los Predicadores, nos permite con
su presencia y oración, tener siempre cerca
la Palabra de la vida, la Buena noticia de Jesucristo, para que lo que
sale de nuestros labios, haya nacido en
el corazón de la contemplación del Misterio de Cristo. Hoy, no se nos permite
predicar de una manera intelectualizada y fría, sino con el calor de quien medita lo que anuncia, y se predica a sí
mismo lo que enseña a los demás. Esto vale para todos nosotros.
Lo que los dominicos hemos podido apreciar del
Rosario a lo largo de nuestra historia, es que necesitamos de espacios
nuevos de plegaria contemplativa para evangelizarnos a nosotros mismos, y darle
autoridad testimonial a la Palabra que predicamos. Si la recitación del
Rosario nos lleva a la contemplación del misterio de la Salvación en el que
María está íntimamente unida a la obra
de su Hijo, nos permite a la vez
mantenernos en tensión evangélica y alimentar la vida cristiana del pueblo. Como escribió
Pablo VI “Esta corona de oraciones es como un compendio excelente del
Evangelio y, por lo tanto, forma extraordinaria de la piedad de la Iglesia”.
María ha sido siempre para los
Dominicos la Virgen del Evangelio de Jesucristo, que acompaña con su
protección y cuidado la obra evangelizadora de sus hijos, y les permite
descansar en la contemplación serena y en la interiorización fecunda de cuanto
anuncian y estudian: el Misterio de Cristo. Así vivieron desde el
principio nuestros hermanos y hermanas el amor a la Virgen, “como una manera
de personalizar e interiorizar cuanto ofrecen en la Predicación del Evangelio”.
Santo Domingo es el fundador de la
evangelización con el Rosario, y así lo ha trasmitido a toda la Orden con esa
devoción. “La historia del Rosario muestra cómo esta
oración ha sido utilizada especialmente por los Dominicos, en momentos
difíciles para la Iglesia a causa de la difusión de la herejía o para descubrir a Jesucristo en los retos de la
vida.
La Oración del Rosario es
precisamente eso, una forma de interiorizar y personalizar el Mensaje, la
Persona y Misterios de Jesucristo, para que lo podamos anunciar con
credibilidad. Por eso no es extraño que quien desea vivir del Evangelio y para
el Evangelio, haga de María, Madre de
Dios y de Jesús, una verdadera cómplice para el camino espiritual del
predicador, que no puede serlo verdaderamente, si no está centrado en la
meditación de los misterios de la Infancia, Apostolado, Muerte y Resurrección
de Cristo.
Este
es pues el objetivo de las reflexiones, dinámicas y oraciones que irán apareciendo
en este blog de Predicación a lo largo este mes, sobre María, el Rosario y
la Evangelización de nuestro mundo. Orar evangelizando, y llevar los
misterios de Jesucristo, iluminando los nuestros.
fr.
José Antonio Segovia, OP
Fra Angélico, OP |
MISTERIOS GOZOSOS
Primer
misterio: La Encarnación del Hijo de Dios
“El ángel,
entrando en la presencia de María, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el
Señor está contigo…Concebirás en tu viente y darás a luz un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús. María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase
en mí según tu palabra” (cf. Lc. 1,2 26-38).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Segundo Misterio: La Visitación
de María a Isabel
“María se
puso en camino y fue aprisa a la montaña, y saludó a Isabel. Isabel dijo a voz
en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!
Dichosa tú que has creído. María dijo: Proclama mi alma la grandeza del
Señor” (cf. Lc. 1, 39-56).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Tercer
Misterio: El Nacimiento de Jesús
“Mientras
estaban en Belén, le llegó a María el tiempo del parto y dio a luz a su Hijo
primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían
sitio en la posada. Un ángel se apareció a unos pastores y les dijo: Hoy, en
la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor” (cf. Lc.
2, 1-14).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Cuarto
Misterio: La Presentación de Jesús en el Templo
“Los padres
de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo
con lo escrito en la ley del Señor. Simeón lo tomó en brazos y dijo: “Ahora,
Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos
han visto a tu Salvador”. (cf. Lc. 2, 22-40).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Quinto
Misterio: El Niño Jesús perdido y hallado en el templo
“Cuando
Jesús cumplió doce años, subieron sus padres con él a Jerusalén por las fiestas
de Pascua. Cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en
Jerusalén. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de
los maestros”. (cf. Lc 2, 41-52).
Padrenuestro,
10 avemarías, Gloria.
Oración a María
¡Oh María, templo de la Trinidad!
Oh María
portadora de fuego,
María dispensadora de misericordia,
restauradora del género
humano,
porque llevando en tu cuerpo al Verbo,
fue redimido el mundo.
Cristo lo
redimió con su pasión
y con tu dolor del cuerpo y de la mente.
¡Oh María, mar pacífico!
María de la paz.
María,
tierra feraz.
Tú, María, eres aquella nueva planta
por la que tenemos a la
perfumada flor del Verbo,
Unigénito Hijo de Dios,
pues en ti, tierra fecunda,
fue sembrado este Verbo.
Tú eres la tierra y la planta.
Oh María, carro de
fuego,
tú llevaste el fuego escondido
y velado bajo las cenizas de tu
humanidad.
[Santa Catalina
de Siena, op]
Libro sobre María:
"LAS PALABRAS CALLADAS. Diario de María de Nazaret"
Autor: Pedro Miguel Lamet
Varias editoriales
María en la Música:
"HAGASE", de Ain Karem