jueves, 21 de mayo de 2020

El silencio de María


El silencio de María
Entrar en el corazón de María  es  entrar en el Corazón de su Hijo Jesús, en el Corazón de la Iglesia, en el Corazón del mismo Dios.
María es corazón de Madre,  de Silencio, en  ella aprendemos a vivir  y a caminar  en  cristiano, aprendemos  como entrar en la Vida  de Jesús, , como sentirnos identificados con El, como podemos seguirle, ser sus discípulos.
Estamos en este  bonito  mes de Mayo , en el que  se lo dedicamos  a Ella,  la que  dio su SI  , para que  nosotros  podamos  dar otro SI  cada día, .
Un mes  especial para  volver nuestro corazón y nuestra mirada  a la mirada  de nuestra  Madre,  ver en su  corazón todo aquello que en el silencio  guardó, y descubrir  cada  paso, cada  gesto , cada sentimiento, que  vivió junto a su hijo.
Entrar  y descubrir  en el silencio de María, y aprender de Ella, aprender  de ese  silencio que nos  configura  con Ella.
 María mujer  joven  de su época, al contrario que otras  muchachas  de su edad, Ella, solo vivía  en un solo deseo, vivir  solo para  Dios. Esperando ese  encuentro  con El, en  el  silencio escondido de su  corazón, un  silencio contemplativo. Contemplar  con Ella, el paso de la vida  de Jesús, que nos  la dejo como Madre.
María  no vivió ese  deseo para  aislarse,  como quizás muchas  veces  nosotros  queremos  vivir, aislados  del mundo,  fue  todo lo contrario  su silencio contemplativo la unió  fuertemente  al mundo  a  la vida de cada uno  de nosotros, que  nos  unió a Ella, en un solo corazón y una  sola  alma en Dios.
En su silencio María nos interpela a descubrir, a pensar, a profundizar en  nuestra  capacidad  de  callar, y orar. Callar para  escuchar  esa  Voz  que nos  está llamando  constantemente, que nos  está invitando  a entrar  en lo profundo  del Silencio para orar, para  vivir nuestro encuentro personal  con Dios, para  unirnos  y caminar  junto  a María y a Jesús.
A pensar  en el nivel  de nuestros  cansancios,  de nuestras  huidas,  en el sentido que tiene nuestra  vida, en su profundidad, de  que  está  llena  o de que  está  vacía.
Lejos de Ella, apartados  de su Hijo  que  sale  a nuestro encuentro.
Desde su silencio, María nos invita a escuchar al otro. Cuantas  conversaciones  vanas,  sin  sentido, vacías, inútiles, que no nos llevan a nada.
Ella  supo escuchar  al Ángel,  atendió a  esa  voz, que la invitaba a ser Madre De Dios, y  dijo SI.
Acogió  a la Palabra  en sus entrañas, porque  supo escuchar, y atender. Escucha  las palabras  y  los  acontecimientos  de la Vida del  que  nacería  de Ella, Jesús, escuchó  la historia  de la Salvación.
Acoge el silencio de Dios,  con su silencio orante, contemplativo. Un corazón silente  para  acoger  llena de humildad  la Palabra  de su Hijo,  la Palabra  que  es la VERDAD, el CAMINO y la VIDA.
Y hoy  Ella  espera  eso de nosotros , que  aprendamos  de Ella  a ESCUCHAR,  a ATENDER, en cada  acontecimiento de nuestras  vida,  la PALABRA, LA VOZ,  LA PRESENCIA,  de su HIJO.
María nos enseña  a Vivir en una  EUCARISTIA  constante, siempre y  en todo tiempo  frente  a Dios, teniéndole  como dueño de nuestra  vida,  de nuestros  sueños,  de nuestras  esperanzas.
María es  Eucaristía,  porque  camina en  comunión con su Hijo, en el deseo de partirse y repartirse  con El, para ser corresponsable en la unión de este nuestro mundo, que  tan dividido  vive.
Nos  enseña  a  ser Eucaristía  con  Ella y junto  a Jesús para  que  toda  nuestra  existencia sea un  verdadero acto  de Amor a  Dios y   a los  demás.
Todo el Evangelio lo podemos aprender  en  ese  silencio de María,  donde  todo lo guardaba  en su  corazón. Donde  aprender a  crecer  cada  día  más  en el AMOR.
                                       Sor Pilar de Santo Domingo, OP.




MISTERIOS LUMINOSOS

Primer misterio: El Bautismo de Jesús
“Juan dijo a todos: Yo os bautizo con agua; pro viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”. (Lc. 3, 16).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 Segundo Misterio: Jesús en las Bodas de Caná
“Faltó el vino y la madre de Jesús le dijo: No les queda vino. Jesús le comentó: Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora. Su madre dice a los sirvientes: Haced lo que Él os diga.” (Jn. 2).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
Tercer Misterio: La predicación del Reino
“Jesús recorría todas las ciudades y aldeas de Galilea, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del Reino, curando todas las enfermedades y todas las dolencias del pueblo (Mt. 9, 35).
Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 Cuarto Misterio: La transfiguración del Señor
“Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte, a una montaña alta. Jesús se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz”. (Mt. 17, 1-2).

Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.
 Quinto Misterio: La institución de la Eucaristía
“Llegada la hora, se sentó con sus discípulos y les dijo: He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer hasta que se cumpla en el Reino de Dios”. (Lc. 22, 14-16).

Padrenuestro, 10 avemarías, Gloria.


Oración a María del Silencio

María tu vida es una lección para  nosotros. Donde nos enseñas a amar, a escuchar, a dar.

Tú  llenas nuestro entorno de Amor, de Ternura, de Paz, de Silencio.

Tú que  eres Madre  de la Vida,

Enséñanos a  contemplar  el Rostro de tu hijo en  el rostro del pobre, del indigente, de los  olvidados de la tierra,  de  aquellos  que  no quieren saber de Él , pero que tu Hijo mira  a través  de sus ojos. Que su corazón late dentro de cada uno de ellos, aunque no lo sepan.

María  del  Silencio, enséñanos a estar  a la  escucha  de la Voz que nos llama por nuestro nombre, de la Palabra que  se  hace  carne  en Ti.

Danos tu mirada para contemplar, danos tu sonrisa para dar alegría al que vive en tristeza.

María Virgen del Silencio, Madre del Sí, dame tu Amor para que  aprendamos a Amar, a Sentir, a Vivir la  alegría de sentirnos Hijos tuyos, hijos de Dios y hermanos de tu Hijo.

Ayúdanos a aprender desde tu silencio a estar atentos a los acontecimientos de la historia. Que en el silencio seamos Palabra agradecida para Predicar la Buena Noticia.

Que como tú  cuando  diste  tu Si, sepamos  dar  el nuestro y  nos pongamos en camino para  servir  a los  demás, siendo presencia viva del que es  la Luz, la misma Vida, e ir  en busca  de quien no  te  conoce, y  dar nuestra  vida  por El.

Desde el Silencio me  acojo  a tu corazón de Madre.

Acompáñanos  en este  camino de entrega, de Amor, y de Esperanza. María del Silencio transforma  mi Vida en una Vida  Nueva por y para Cristo  Resucitado. AMEN



Libro sobre María:

“EL CORAZÓN DE MARÍA”
Autor:  Juan Galot, S.J.
Editorial: Ediciones Desclée de Brouwer. Bilbao


María en la música:

"MADRE DEL SILENCIO". Música Católica