miércoles, 9 de octubre de 2019

Octubre: Mes del Rosario y de las Misiones (miércoles 9)

·        El Rosario:

Al rezar devotamente el Rosario, oramos en sintonía con el Espíritu Santo y, así, hacemos nuestra su oración. Una oración que asciende derecha y certeramente al Padre. No es sólo que María nos ayuda a pedir desde los valores del Evangelio, es que, sobre todo, allá donde ella está, se hace presente el Espíritu de Dios. No olvidemos que la Virgen es la «llena de gracia», la que –por medio del Espíritu de Dios– concibió a nuestro Salvador. Por eso, al orar junto a María, ella nos pone en contacto con el Espíritu Santo, que desde nuestro corazón: «…intercede por nosotros con gemidos inefables» (Rom 8,26) y «clama: ¡Abbá, Padre!» (Gal 4,6). (Fr. Julián de Cos, o.p.)

·        Miércoles: Misterios Gloriosos.

o   Tercer Misterio: La venida del Espíritu Santo

“De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde estaban los discípulos. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo” (Hch 2, 1-4).


o   Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria.

·        Meditación  de S. Juan XXIII:

Contemplación

           En la última cena recibieron los apóstoles la promesa del Espíritu Santo. En el cenáculo, ausente Cristo, pero presente María, lo reciben como don supremo de Cristo. ¿Qué otra cosa es sino su Espíritu? Es, además, el que consuela y vivifica las almas. El Espíritu Santo continúa su acción sobre y en la Iglesia en todo tiempo. Los siglos y los pueblos pertenecen al Espíritu, pertenecen a la Iglesia. Los triunfos de la Iglesia no son siempre visibles exteriormente. Pero de hecho los hay siempre, y siempre están llenos de sorpresas, a menudo de maravillas.

Reflexión

            La virtud divina que infunde el Espíritu Santo en el alma de los hombres es gran apoyo de la esperanza, fuerza poderosa, única ayuda verdadera para la vida humana. Nos referimos a la gracia que nos santifica, y que en realidad es precedida y seguida de gracias efectivas. Ciertamente lo que importa grandemente es el que el espíritu de los hombres se renueve en su interior, naciendo a nueva vida.


·        Petición:

Padre de bondad, Tú que eres rico en amor y misericordia, que nos enviaste a tu Hijo Jesús para nuestra salvación,

escucha a tu Iglesia misionera y fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros, que en tu nombre anuncian la Buena Nueva del Reino.

                            ----------------------------

CARTA APOSTÓLICA MAXIMUM ILLUD
DEL SUMO PONTÍFICE BENEDICTO XV
SOBRE LA PROPAGACIÓN DE LA FE CATÓLICA
EN EL MUNDO ENTERO
(Continuación)

10. Pues bien: quien considere tantos y tan rudos trabajos sufridos en la propagación de la fe, tantos afanes y ejemplos de invicta fortaleza, admitirá sin duda que, a pesar de ello, sean todavía innumerables los que yacen en las tinieblas y sombras de muerte, ya que, según estadísticas modernas, no baja aún de mil millones el número de los gentiles.

11. Nos, pues, llenos de compasión por la suerte lamentable de tan inmensa muchedumbre de almas, no hallando en la santidad de nuestro oficio apostólico nada más tradicional y sagrado que el comunicarles los beneficios de la divina Redención, vemos, no sin satisfacción y regocijo, brotar pujantes en todos los rincones del orbe católico los entusiasmos de los buenos para proveer y extender las Misiones extranjeras.

12. Y así, para encender y fomentar más y más esos mismos anhelos, en cumplimiento de nuestros más vivos deseos, después de haber implorado con reiteradas preces la luz y el auxilio del Señor, os mandamos, venerables hermanos, estas letras, con las que os exhortamos a vosotros y a vuestro clero y pueblo a cooperar en obra tan trascendental, indicándoos juntamente el modo como podéis favorecer a esta importantísima causa.