miércoles, 30 de octubre de 2019

Octubre: Mes del Rosario y de las Misiones (miercoles 30)

·        El Rosario:

El papa Francisco nos invita a dejarnos llevar por la mano de la Virgen. “Cada vez que tomamos el Rosario en nuestras manos y le rezamos, damos un paso adelante hacia la gran meta de la vida”. “Dejémonos atraer por la verdadera belleza, no nos dejemos absorber por las pequeñas cosas de la vida, sino escojamos la grandeza del cielo. Que la Santa Virgen, Puerta al cielo, nos ayude a mirar cada día con confianza y alegría allá, donde está nuestra verdadera casa”.


·        Miércoles: Misterios Gloriosos.

o   Cuarto Misterio: La Asunción de María

“María dijo: Me felicitaran todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí” (Lc 1, 48-49).  “¡Toda hermosa eres amada mía, no hay defecto en ti! Ven del Líbano, esposa mía, ven” (Ct 4, 7).

o   Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria.

·        Meditación :

Asunción es la culminación de un continuado “sí” a Dios. Es vivenciar en plenitud la filiación divina. Es la gran victoria sobre la muerte, cumpliéndose la palabra escrita: “La muerte ha sido absorbida en la victoria”. Es una consecuencia lógica de la vida de Dios en nosotros.

Con la Resurrección de Jesús y la Asunción de María, desde nuestra fe, no hace estar seguros que Dios Padre también nos resucitará y nos elevará al cielo.

La Asunción de María supone una llamada para todos, especialmente para cuantos están afligidos por dudas y tristezas, y viven con la mirada dirigida hacia abajo. “Miremos hacia arriba, el cielo está abierto; no despierta temor, ya no está distante, porque en el umbral del cielo hay una madre que nos espera” (Francisco).


·        Petición:

Señor Jesús, que has sido tan generoso que has dispuesto y querido que tu Madre sea para siempre nuestra Madre;

Concédenos ser y vivir como sus verdaderos hijos.


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CLAUSURA DE LOS TRABAJOS DE LA ASAMBLEA ESPECIAL DEL
SÍNODO DE LOS OBISPOS PARA LA REGIÓN PANAMAZÓNICA SOBRE EL TEMA
“NUEVOS CAMINOS PARA LA IGLESIA Y PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL”
DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Aula del Sínodo
Sábado, 26 de octubre de 2019
 (Continuación)
 

Hablamos de cuatro dimensiones, que habían: la dimensión cultural, la hemos trabajado, hablamos de inculturación, de valoración de la cultura, eso con una fuerza muy grande, y yo quedo contento con lo que se ha dicho al respecto, que está dentro de la tradición de la Iglesia. La inculturación: ya Puebla había abierto esa puerta, por nombrar lo más cercano. Segundo, la dimensión ecológica: quiero acá rendir homenaje a uno de los pioneros de esta conciencia dentro de la Iglesia, es el Patriarca Bartolomé de Constantinopla. Fue de los primeros que abrieron camino para crear esta conciencia. Y después de él, tantos lo han seguido y con esa inquietud, y cada vez, con aceleración de progresión geométrica, del equipo de París y siguieron los demás encuentros. Ahí nació Laudato si’ con una inspiración en la que trabajó tanta gente, trabajaron científicos, teólogos, pastoralistas. Bueno, esta conciencia ecológica que va adelante y que hoy nos denuncia un camino de explotación compulsiva, de destrucción al cual la Amazonia es uno de los puntos más importantes de esto. Es un símbolo, yo diría. Esta dimensión ecológica en la que se nos juega el futuro, ¿no es cierto? En las manifestaciones hechas por los jóvenes, ya sea en el movimiento de Greta o de otros. Los chicos salían con el cartel: “El futuro es nuestro, o sea, no decidan ustedes por nuestro futuro”. “Es nuestro”. Ya la conciencia del peligro ecológico que hay con eso, evidentemente no sólo en Amazonia, sino en otros lugares: el Congo es otro punto, otros sectores, en mi patria está en el Chaco, la zona del “impenetrable” también que es pequeña, pero, también conocemos esto, de alguna manera. Junto a la dimensión ecológica está la dimensión social de la cual hablamos, que ya no es sólo lo que se explota salvajemente, lo creado, la creación, sino las personas. Y en Amazonia aparece todo tipo de injusticias, destrucciones de personas, explotación de personas a todo nivel y destrucción de la identidad cultural. Me acuerdo que llegando a Puerto Maldonado —creo que lo dije esto, no me acuerdo—, en el aeropuerto había un cartel, con la imagen de una chica muy linda, muy bonita, “defendete o cuidate de la trata”. O sea, la advertencia al turista que llega. La trata escucha, y la trata al más alto nivel de corrupción, pero de personas a todo nivel. Y esto junto con la destrucción de la identidad cultural, que es otro de los fenómenos que ustedes han señalado muy bien en el documento. La identidad cultural cómo se destruye, en todo esto. Y cuarta dimensión, que es la que incluye todas —y yo diría que es la principal—, es la pastoral, la dimensión pastoral. El anuncio del Evangelio urge, urge. Pero que sea entendido, que sea asimilado, que sea comprendido por esas culturas. Y se habló de laicos, de sacerdotes, de diáconos permanentes, de religiosos y religiosas, con que apuntar a ese punto. Y se habló de lo que hacen, y fortalecer eso. Se habló de nuevos ministerios, inspirados en la Ministeria quaedam de Pablo VI, de creatividad en esto. Creatividad en los nuevos ministerios, y ver hasta dónde se puede llegar. Se habló de seminarios indígenas, y con mucha fuerza. Yo le agradezco la valentía que tuvo el cardenal O’Malley para esto, porque nos puso el dedo en la llaga en algo que es una verdadera injusticia social, que no se le permite de hecho a los aborígenes el camino seminarístico y el camino del sacerdocio. Creatividad en todo esto de los nuevos ministerios y todo. Asumo el pedido de re-llamar a la comisión o quizás abrirla con nuevos miembros para seguir estudiando cómo existía en la Iglesia primitiva el diaconado permanente. Ustedes saben que llegaron a un acuerdo entre todos que no era claro. Yo entregué esto a las religiosas, a la Unión general de religiosas que fue la que me pidió hacer la investigación, se lo entregué, y ahora cada uno de los teólogos está con su línea buscando, investigando en eso. Yo voy a procurar rehacer esto con la Congregación para la Doctrina de la Fe, y asumir nuevas personas en esta Comisión, y recojo el guante, que han puesto por allí: “y que seamos escuchadas”. Recojo el guante [aplausos]. Aparecieron algunas cosas que hay que reformar: la Iglesia siempre tiene que ir reformándose. La formación sacerdotal en el país. En algunos países, oí decir, o en un grupo se dijo o acá se dijo una vez —que yo haya escuchado—, que se notaba cierta falta de celo apostólico en el clero de la zona no amazónica respecto a la zona amazónica. Con el cardenal Filoni hemos tenido dificultades cuando una congregación religiosa deja un vicariato, de encontrar sacerdotes de ese país que tomen el vicariato: “No, claro, yo no soy para eso”. Bueno, eso hay que reformarlo. La formación sacerdotal en el país, que es universal, y que hay una responsabilidad de hacerse cargo de todos los problemas de los países geográficos, digamos, de esa conferencia episcopal. Pero reformar eso: que no exista la falta de celo. Lo mismo algunos —recuerdo dos— señalaron el tema que quizás no se vea la falta de celo tan fuerte —perdón—, haya falta de celo, fuerte o no pero… en jóvenes religiosos, como una cosa que hay que tener en cuenta. Los jóvenes religiosos tienen una vocación muy grande y hay que formarlos en el celo apostólico para ir a las fronteras. Sería bueno que en el plan de formación de los religiosos existiera una experiencia de un año o más en regiones limítrofes. Lo mismo, y esto es una sugerencia que he recibido por escrito, pero ahora la digo: que en el servicio diplomático de la Santa Sede, en el curriculum del servicio diplomático, los jóvenes sacerdotes al menos pasen un año en tierra de misión pero no haciendo el tirocinio en la Nunciatura como se hace y es muy útil, sino simplemente al servicio de un obispo en un lugar de misión. Eso será estudiado pero también es una reforma a ver. Y la redistribución del clero en el mismo país. Se dijo, refiriéndose a una situación, que hay una cantidad grande de sacerdotes de ese país en el primer mundo, léase Estados Unidos, Europa, etc., y no hay para mandar a la zona amazónica de ese país. Eso habrá que evaluarlo, pero estar de acuerdo. Los fidei donum interesados… es verdad que a veces —y esto me pasó a mí siendo obispo en otra diócesis— te viene uno que vos lo mandaste a estudiar y se enamoró del lugar y quedó en el lugar y con todo lo que ofrece el primer mundo y no te quiere volver a la diócesis. Y claro, uno por salvar la vocación, cede. Pero en ese punto, tener mucho cuidado y no favorecer. Agradezco, los verdaderos sacerdotes fidei donum que vienen a Europa de África, de Asia y de América, pero los que son fidei donum, que devuelven aquel fidei donum que hizo Europa para con ellos. Pero es un peligro los que vienen y se quedan. Es una cosa un poco triste, me decía un obispo de Italia, que tiene tres de estos que se quedaron y que no le van a celebrar una misa a los pueblitos de la montaña si antes no le llega la oferta. Esto es histórico de acá, de ahora. Entonces, estemos alerta con eso, y seamos valientes en hacer esas reformas de redifusión del clero en el mismo país.