·
El Rosario:
El Rosario es una oración que dirigimos
junto a María para alabar y dar gracias a Dios por
habernos enviado a su Hijo. Pero para que dicha oración surja espontánea y
alegremente de nuestro corazón es necesario sentirnos verdaderamente salvados
por Jesús. La auténtica alabanza y el sincero agradecimiento nacen de un
corazón que busca ser humilde y puro como el de María.
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Martes: Misterios Dolorosos.
o Primer misterio : La oración en
Getsemaní
“Jesús se apartó de los discípulos como un tiro de piedra,
y, puesto de rodillas, oraba diciendo Padre, si quieres, aparta de mí este
cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. En medio de su angustia
oraba con mayor insistencia” (cf. Lc 22, 39-42).
o
Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria.
· Meditación de S. Juan XXIII:
Contemplación
Con
ánimo conmovido se vuelve una y otra vez sobre la imagen de Jesús en la hora y
el lugar del supremo abandono. “Y sudó como gruesas gotas de sangre, que
corrían hasta la tierra”. Pena íntima en su alma, amargura insondable de su
soledad, decaimiento en el cuerpo abrumado. Su agonía no se precisa sino por la
inminencia de la pasión que Jesús, a partir de ahora, ya no ve lejana, ni
siquiera próxima, sino presente.
Reflexión
La
escena de Getsemaní nos conforta y anima a realizar un esfuerzo voluntario de
aceptación. La aceptación incondicional del sufrimiento, cuando es Dios quien
lo quiere o permite: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. Palabras que
desgarran y curan, porque enseñan a qué grado de fervor puede y debe llegar el
cristiano que sufre, unido a Cristo que sufre. Ellas nos dan, como en última
pincelada, la certeza de méritos inefables, el merecimiento de la vida divina
para nosotros, vida palpitante hoy en nosotros por la gracia, mañana en la
gloria.
·
Petición:
Señor,
Tú hiciste de la primera comunidad de predicadores del Nuevo Mundo la voz que
proclamó tu palabra y defendió la dignidad de todos tus hijos,
danos
también hoy el ser comunidades de predicadores que con nuestra vida, testimonio
y palabra invitemos a nuestros hermanos a seguirte al estilo de Domingo de
Guzmán.
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MENSAJE DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2019 (Comienzo)
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2019 (Comienzo)
Bautizados y enviados:
la Iglesia de Cristo en misión en el mundo
la Iglesia de Cristo en misión en el mundo
Queridos hermanos y hermanas:
He pedido a toda la
Iglesia que durante el mes de octubre de 2019 se viva un tiempo misionero
extraordinario, para conmemorar el centenario de la promulgación de la Carta
apostólica Maximum
illud del Papa Benedicto XV (30 noviembre 1919). La
visión profética de su propuesta apostólica me ha confirmado que hoy sigue
siendo importante renovar el compromiso misionero de la Iglesia, impulsar
evangélicamente su misión de anunciar y llevar al mundo la salvación de
Jesucristo, muerto y resucitado.
El título del presente
mensaje es igual al tema del Octubre misionero: Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo.
La celebración de este mes nos ayudará en primer lugar a volver a encontrar el
sentido misionero de nuestra adhesión de fe a Jesucristo, fe que hemos recibido
gratuitamente como un don en el bautismo. Nuestra pertenencia filial a Dios no
es un acto individual sino eclesial: la comunión con Dios, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, es fuente de una vida nueva junto a tantos otros hermanos y hermanas. Y
esta vida divina no es un producto para vender —nosotros no hacemos
proselitismo— sino una riqueza para dar, para comunicar, para anunciar; este es
el sentido de la misión. Gratuitamente hemos recibido este don y gratuitamente
lo compartimos (cf. Mt 10,8),
sin excluir a nadie. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad, y a la experiencia de su misericordia, por medio de
la Iglesia, sacramento universal de salvación (cf. 1 Tm 2,4; 3,15; Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, 48)….