·
El Rosario:
En el Rosario vemos
a Jesús y a María como acertados faros, que iluminan la oscuridad que de suyo
envuelve la fe de los cristianos. Nadie como Jesús y María se fiaron de los
planes amorosos de Dios Padre en sus vidas. Es la peregrinación en la fe de
María, puesta a prueba por los misterios de Jesús, que también son sus misterios.
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Sábado: Misterios Gozosos.
o Cuarto
Misterio: La Presentación de Jesús en el Templo
“Los
padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de
acuerdo con lo escrito en la ley del Señor. Simeón lo tomó en brazos y dijo: “Ahora,
Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos
han visto a tu Salvador”(cf. Lc 2, 22-40).
o
Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria.
· Meditación de S. Juan XXIII:
Contemplación
Jesús, en brazos de su madre, es
presentado al sacerdote, y extiende sus brazos hacia delante. Es el encuentro
de los dos Testamentos. Él, gloria del pueblo elegido, hijo de María, está
dispuesto a ser “luz y revelación de las gentes”. Está presente y ofrece
también san José, que participa por igual en el rito de las ofrendas legales de
rigor.
Reflexión
De manera diferente, pero semejante en cuanto al sentido de
la ofrenda, el episodio se renueva continuamente en la Iglesia, o por mejor
decir, es algo constante en ella. Será muy grato contemplar, durante las diez
Avemarías, el campo que germina, la cosecha que se alza. “Mirad los campos que
ya están amarillos para la siega”. Me refiero a la alegre esperanza que se ve
nacer del sacerdocio, de sus cooperadores y cooperadoras, tan numerosos en el
reino de Dios, y sin embargo no suficientes aún. Jóvenes del seminario, de las
casas religiosas, seminarios de misiones, y aun en las universidades católicas.
¿Por qué no aquí, si son cristianos, llamados también ellos a ser apóstoles? Y
la alegre esperanza de tantas iniciativas de apostolado de los seglares,
imprescindibles en el mañana. Apostolado que, no obstante las dificultades y
pruebas de su expansión, ofrece, y jamás dejará de ofrecer, un espectáculo tan
conmovedor que arranca palabras de alegría y admiración.
·
Petición:
Padre bueno, te pedimos por todos los niños y
adolescentes de nuestras familias,
para que ilumines sus mentes y sus corazones,
conozcan el camino que Tú has querido para ellos, te puedan dar gloria y
alcancen la salvación.
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CARTA APOSTÓLICA MAXIMUM
ILLUD
DEL SUMO PONTÍFICE BENEDICTO
XV
SOBRE LA PROPAGACIÓN DE
LA FE CATÓLICA
EN EL MUNDO ENTERO
(Continuación)
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20. La limosna
92. E1
tercer recurso, y no escaso, que reclama la actual situación de las Misiones es
el de la limosna, ya que, por efecto de la guerra, se han acumulado sobre ellas
necesidades sin cuento.
93.
¡Cuántas escuelas, hospitales, dispensarios y muchas otras instituciones
gratuitas de caridad deshechas o desaparecidas por completo! Aquí, pues,
hacemos un llamamiento a todos los corazones buenos para que se muestren
generosos en la medida de sus recursos.
94.
Porque «quien tiene bienes de este mundo y, viendo a su hermano en la
necesidad, cierra las entrañas para no compadecerse de él, ¿cómo es posible que
resida en él la caridad de Dios?»(1Jn 3,17).
95. Así
habla el apóstol San Juan cuando se trata del alivio de necesidades temporales.
Pero ¿con cuánta mayor exactitud se debe observar la ley de la caridad en esta
causa, donde no se trata solamente de socorrer la necesidad, indigencia y demás
miserias de una muchedumbre infinita, sino también, y en primer lugar, de
arrancar tan gran número de almas de la soberbia dominación de Satanás para
trasladarlas a la libertad de los hijos de Dios?
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