sábado, 5 de octubre de 2019

Octubre: Mes del Rosario y de las Misiones (sábado 5)

·        El Rosario:

El Rosario es una oración contemplativa, es un medio sumamente válido para favorecer en los fieles la exigencia de contemplación del misterio cristiano, que es Jesús. Por su naturaleza, el rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo que favorezca, en quien ora, la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón de Aquella que estuvo más cerca de Él.


·        Sábado: Misterios Gozosos.

o   Primer misterio: La Encarnación del Hijo de Dios

“El ángel, entrando en la presencia de María, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo…Concebirás en tu viente y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”(cf.Lc 1,2 26-38).

o   Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria.

·        Meditación  de S. Juan XXIII:


Contemplación

El primer punto luminoso para unir el cielo y la tierra. El primero de la serie de acontecimientos que son los más grandes de los siglos.

El Hijo de Dios, Verbo del Padre, “por quien fueron hechas todas las cosas” en la creación, toma naturaleza humana en este misterio. Se hace hombre Él mismo para poder ser redentor del hombre y de la humanidad entera, y su salvador.

María Inmaculada, flor de la creación, la más bella y fragante, respondiendo al ángel: “He aquí la esclava del Señor”, acepta el honor de la maternidad divina que se cumple en ella al instante.

Reflexión

            Reflexionando sobre esto, nuestro primer deber inolvidable es dar gracias a Dios, porque se ha dignado venir a salvarnos. Por esto se ha hecho hombre, hermano nuestro. Igual a nosotros en cuanto a nacer de una mujer, de la que nos ha hecho hijos de adopción al pie de la cruz. Hijos adoptivos de su Padre celestial, ha querido que lo seamos igualmente de su misma madre.


·        Petición:

María, madre nuestra, acoge bajo tu manto a todos aquellos que en su vida pasan por momentos de duda,

e impulsa con tu “sí” a quienes se encuentran discerniendo, en cualquier aspecto de su vida, su futuro.

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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES 2019 (Continuación)

Bautizados y enviados:
la Iglesia de Cristo en misión en el mundo

Queridos hermanos y hermanas:


La coincidencia providencial con la celebración del Sínodo especial de los obispos para la región Panamazónica me lleva a destacar que la misión confiada por Jesús, con el don de su espíritu, sigue siendo actual y necesaria también para los habitantes de esas tierras. Un Pentecostés renovado abre las puertas de la Iglesia para que ninguna cultura permanezca cerrada en sí misma y ningún pueblo se quede aislado, sino que se abran a la comunión universal de la fe. Que nadie se quede encerrado en el propio yo, en la autorreferencialidad de la propia pertenencia étnica y religiosa. La pascua de Jesús rompe los estrechos límites de mundos, religiones y culturas, llamándolos a crecer en el respeto por la dignidad del hombre y de la mujer, hacia una conversión cada vez más plena a la verdad del Señor resucitado que nos da a todos la vida verdadera.

A este respecto, me vienen a la mente las palabras del papa Benedicto XVI al comienzo del encuentro de obispos latinoamericanos en Aparecida, Brasil, en el año 2007, palabras que deseo aquí recordar y hacer mías: «¿Qué ha significado la aceptación de la fe cristiana para los pueblos de América Latina y del Caribe? Para ellos ha significado conocer y acoger a Cristo, el Dios desconocido que sus antepasados, sin saberlo, buscaban en sus ricas tradiciones religiosas. Cristo era el Salvador que anhelaban silenciosamente. Ha significado también haber recibido, con las aguas del bautismo, la vida divina que los hizo hijos de Dios por adopción; haber recibido, además, el Espíritu Santo que ha venido a fecundar sus culturas, purificándolas y desarrollando los numerosos gérmenes y semillas que el Verbo encarnado había puesto en ellas, orientándolas así por los caminos del Evangelio. [...] El Verbo de Dios, haciéndose carne en Jesucristo, se hizo también historia y cultura. La utopía de volver a dar vida a las religiones precolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia universal, no sería un progreso, sino un retroceso. En realidad sería una involución hacia un momento histórico anclado en el pasado» (Discurso en la Sesión inaugural, 13 mayo 2007).