sábado, 26 de octubre de 2019

Octubre: Mes del Rosario y de las Misiones (sábado 26)

·        El Rosario:

Orar con el Rosario es ponerse en la presencia del Señor y a la escucha de su Palabra. Es orar como María, que sabía escuchar todos los mensajes que, de muchas maneras y por muchos medios y personas, su Padre Dios, le comunicaba. Al estar a la escucha, en clave de filial abandono y amor, se siente la necesidad de estar totalmente disponible a los planes de Dios.


·        Sábado: Misterios Gozosos.

o   Segundo Misterio: La Visitación de María a Isabel

“María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, y saludó a Isabel. Isabel dijo a voz en grito: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Dichosa tú que has creído. María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor” (cf Lc 1, 39-56).

o   Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria.

·        Meditación :


En este Segundo Misterio Gozoso María sube desde Nazaret a visitar a su prima Isabel, que vive en una montaña de Judá (cf. Lc 1,39). Esta ascensión subraya el esfuerzo que María ha de hacer para poder acompañar a su prima en los últimos meses de embarazo. Todo ser humano ha de esforzarse para hacer el bien. El perezoso difícilmente destaca como alguien caritativo. María, ascendiendo a la montaña de Judá, se muestra como modelo de persona esforzada y generosa.

Si Cristo está encarnado en tu vida, pronto te pondrás en camino hacia tus hermanos, hombres y mujeres, para prodigarles amor; usarás el saludo para prodigar amor y hacer discípulos de Jesús, y decirles: aquí estoy para amarte en gratuidad y para servirte en todo aquello que necesites.


·        Petición:

Señor Jesús, te pedimos que instales en el mundo la “cultura del saludo”,

para que los cristianos, al igual que hizo María, con nuestro saludo alegre, pongamos ilusión, acogida, manos abiertas y ganas de vivir en las personas sumergidas en tristezas y angustias.


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CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
CON OCASIÓN DEL CENTENARIO DE LA PROMULGACIÓN
DE LA CARTA APOSTÓLICA "MAXIMUM ILLUD"
SOBRE LA ACTIVIDAD DESARROLLADA
 POR LOS MISIONEROS EN EL MUNDO
(Final)

La Carta apostólica Maximum illud exhortó, con espíritu profético y franqueza evangélica, a salir de los confines de las naciones para testimoniar la voluntad salvífica de Dios a través de la misión universal de la Iglesia. Que la fecha ya cercana del centenario de esta carta sea un estímulo para superar la tentación recurrente que se esconde en toda clase de introversión eclesial, en la clausura autorreferencial en la seguridad de los propios confines, en toda forma de pesimismo pastoral, en cualquier nostalgia estéril del pasado, para abrirnos en cambio a la gozosa novedad del Evangelio. También en nuestro tiempo, desgarrado por la tragedia de las guerras y acechado por una triste voluntad de acentuar las diferencias y fomentar los conflictos, la Buena Noticia de que en Jesús el perdón vence al pecado, la vida derrota a la muerte y el amor gana al temor, llegue también con ardor renovado a todos y les infunda confianza y esperanza.

Con estos sentimientos, y acogiendo la propuesta de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, convoco un mes misionero extraordinario en octubre de 2019, con el fin de despertar aún más la conciencia misionera de la missio ad gentes y de retomar con un nuevo impulso la transformación misionera de la vida y de la pastoral. Nos podremos disponer para ello, también durante el mes misionero de octubre del próximo año, para que todos los fieles lleven en su corazón el anuncio del Evangelio y la conversión misionera y evangelizadora de las propias comunidades; para que crezca el amor por la misión, que «es una pasión por Jesús, pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo».

A usted, venerado Hermano, al Dicasterio que preside y a las Pontificias Obras Misioneras confío la tarea de preparar este evento, especialmente a través de una amplia sensibilización de las Iglesias particulares, de los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica, así como de las asociaciones, los movimientos, las comunidades y otras realidades eclesiales. Que el mes misionero extraordinario sea un tiempo de gracia intensa y fecunda para promover iniciativas e intensificar de manera especial la oración —alma de toda misión—, el anuncio del Evangelio, la reflexión bíblica y teológica sobre la misión, las obras de caridad cristiana y las acciones concretas de colaboración y de solidaridad entre las Iglesias, de modo que se avive el entusiasmo misionero y nunca nos lo roben.

Vaticano, 22 de octubre de 2017
Domingo XXIX del tiempo ordinario
Memoria de san Juan Pablo II
Jornada Misionera Mundial
Francisco