“LA MUJER EN NUESTRA CULTURA
RELIGIOSA”,
charla de Fr. Félix Hernández, op,
dentro del Aula de Espiritualidad
Popular “Beato P. Posadas, op”, de Córdoba.
En la tarde de ayer, se celebró en el
Salón de Conferencias del convento de los Dominicos, en la Iglesia de San
Agustín, de Córdoba, la primera
charla de este curso que se organiza dentro del Aula de Espiritualidad Popular
“Beato P. Posadas, O.P.”, espacio de encuentro de la palabra, la escucha y el
diálogo, puesto en marcha el pasado curso por los dominicos de Córdoba para
tratar temas de actualidad desde un punto de vista espiritual y religioso.
Con el aforo completo, y destacando
la presencia del Prior Provincial de los dominicos de la provincia de Hispania,
Fr. Jesús Diaz Sariego, y de su socio Fr. José Luis Ruiz Aznarez, el acto
comenzó con la presentación por parte de Fr. José Antonio Segovia, op, prior de
la Comunidad de Scala Coeli, el cual dio la bienvenida a este nuevo curso del
Aula de Espiritualidad Popular, dando cuenta de las charlas que, en principio,
se tienen previstas celebrar a lo largo del mismo, así como realizó la
presentación del conferenciante, Fr. Félix Hernández Mariano, op.
Fr. Félix comenzó su charla
destacando la actualidad del tema, tanto en la sociedad como en la Iglesia. Como
punto de partida expuso dos consideraciones a tener en cuenta. La primera,
referida a la Iglesia misma como unión de todos los cristianos, la cual “tiene
que ir despacio”, dada su composición, en el sentido de variedad de personas en
ámbitos sociales, culturales y de formación totalmente diferentes. Ha de mantener un
necesario equilibrio, Y, en segundo lugar, y tal como se señala en los
documentos del Magisterio de la Iglesia, ha de tenerse en cuenta y valorarse
siempre el respeto a la diferencia natural existente entre hombre y mujer.
Partiendo del momento actual, manifestó que
existe un consenso en cuanto a la necesidad de que la Iglesia se replantee
el papel de la mujer en su seno. Y un ejemplo
de ello viene reflejado en el documento final del Sínodo sobre los
jóvenes, en el que se señala la petición sobre “la necesidad de un mayor
reconocimiento y valoración de la mujer en la sociedad y en la Iglesia”,
proponiéndose “la presencia femenina en los órganos eclesiales a todos los
niveles, incluidos los cargos de responsabilidad, y la participación de las
mujeres en los procesos de toma de decisiones eclesiales, respetando el papel
del ministerio ordenado”.
Desde el punto de vista histórico,
Fr. Félix expuso que, aun reconociendo
que los distintos libros bíblicos están enmarcados dentro un punto de vista
patriarcal, hay muchos ejemplos tanto en la historia de Israel como en la
historia de la Salvación en los que se destaca el papel de la mujer como
protagonista e, incluso, con papeles más importantes que los hombres, en las
respectivas sociedades, como es el caso recogido del Antiguo Testamento de Débora, que no sólo fue profetisa, sino
también juez de Israel. En el Nuevo Testamento, Jesús tuvo una relación muy
especial con las mujeres, incluso rompiendo los protocolos culturales existentes
en su sociedad, en los que las mujeres se encontraban apartadas y marginadas.
Jesús se acerca a ellas con toda naturalidad y recurre a ellas, dándoles un
destacado papel, y son también muchas las que le siguen y colaboran en su
misión. También San Pablo, en su carta a los Gálatas habla de que no hay
distinción entre varón y mujer, porque “todos sois uno en Cristo Jesús”.
Destaca a continuación que, aunque el
papel de la mujer en la Iglesia ha ido
en la mayoría de las ocasiones en paralelo a su consideración en la sociedad de
cada tiempo, han existido muchos casos en los que se han ido reconociendo a
mujeres que han sido presentadas como modelo y referente en la historia de la
Iglesia, incluso en niveles de toma de decisiones.
Ya, en el siglo pasado –con el
Concilio Vaticano II- y en este, surge
la necesidad de un reconocimiento del importante papel que ha de ejercer la
mujer dentro de la Iglesia, y así lo expresa en la Exhortación Apostólica “Evangelium gaudium”, sobre el anuncio del Evangelio en el
mundo actual, el propio papa Francisco,
cuando señala que “la Iglesia reconoce el indispensable aporte de la mujer en la sociedad,
con una sensibilidad, una intuición y unas capacidades peculiares que suelen
ser más propias de las mujeres que de los varones. …Reconozco con gusto cómo
muchas mujeres comparten responsabilidades pastorales junto con los sacerdotes,
…. Pero todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina
más incisiva en la Iglesia… Las reivindicaciones de los legítimos derechos de
las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la
misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que
no se pueden eludir superficialmente.”
Finalmente, y a modo de resumen con
palabras del propio Francisco, Fr. Félix destacó que la misión específica de la
mujer en la Iglesia, teniendo a María como fiel ejemplo de ello, ha de ser lo
que el mismo Francisco manifiesta como la “revolución de la ternura” y que
consiste en que la mujer tenga un papel de la mayor importancia en la vida de
la Iglesia, integrándose en los lugares donde se toman las decisiones importantes
dentro de la misma, incluso allí donde se ejercita la autoridad en los variados
ámbitos y estructuras de la Iglesia.
Finalizada la intervención de Fr.
Félix se abrió un amplio dialogo entre los asistentes.