sábado, 7 de octubre de 2023

REZANDO EL ROSARIO DESDE SCALA COELI - Día 7


Misterios del Santo Rosario


Segundo Misterio Gozoso: La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.


«En aquellos días María se puso en camino y fue aprisa a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Y sucedió que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando a voz en grito, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"» (Lc 1, 39-42)


Reflexión:


      Hoy celebramos la fiesta de María, Madre del Rosario. Para nuestra Orden, esta advocación de María es primordial porque, como predicadores del Evangelio, María nos enseña a sumergirnos en el Misterio de Dios encarnado que, en su plan salvífico, vivió momentos de gozo, de luz, de dolor y de gloria. Nadie como Ella estuvo tan cerca de Jesús y nadie, como Ella, puede acercarnos a Él para que seamos fieles a la voluntad del Padre, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad.

     Nuestra meditación se centra hoy en el segundo misterio gozoso: “La visita de María a su prima Isabel”. Este pasaje evangélico es muy rico en contenido, pero nos vamos a centrar en tres aspectos: 1º María, portadora de Dios, se pone en camino y va al encuentro de Isabel. 2º María, sale de sí misma para servir a su prima. 3º La bienaventuranza de María.

     María ha recibido del Ángel el anuncio de que, por obra del Espíritu Santo, ha engendrado en su seno al Hijo de Dios. Es incapaz de guardarse para sí este inefable DON. Dios está con Ella, está en Ella y necesita compartirlo, llevarlo y acercarlo a toda la humanidad. Se pone en camino y corre al encuentro de Isabel como si de una “procesión del Corpus” se tratara, llevando al Dios de la Vida y llenando de la Vida de Dios, todo a su paso. Cabe preguntarnos: ¿Nosotros, que recibimos a Jesús en la Eucaristía, vamos, como María, llevando al Dios de la Vida a los que nos rodean, y llenando de la Vida de Dios todo lo que hacemos?

     María, la llena de Gracia, a la que felicitarán todas las generaciones por ser la Madre de Dios, no hizo alarde de tan gran beneficio, sino que toma la condición de esclava del Señor y servidora de sus hijos y va a servir a Isabel en sus necesidades. ¿Es esa nuestra actitud ante los demás, la de servir y atender al que nos necesita, aún sin que nos lo pidan?

      Por último, Isabel proclama a María bienaventurada, dichosa porque ha creído, porque todo lo que le ha dicho el Señor, se cumplirá. Cómo es nuestra fe? Dios nos ama como a hijos, nos considera sus amigos porque todo lo que ha oído a su Padre nos lo ha dado a conocer, viene a nosotros para que tengamos vida abundante, nos ha hecho luz y sal de la tierra… ¿Nos lo creemos? Y si lo creemos ¿Vivimos conforme a ello?



Sor María Monserrat Román, OP

Monasterio Santa María la Real – Bormujos (Sevilla)


* Padrenuestro.

* Diez Avemarías.

* Gloria.

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