Misterios del Santo Rosario.
Primer Misterio Doloroso: La oración en Getsemaní.
“Jesús se apartó de los discípulos como un tiro de piedra, y, puesto de rodillas, oraba diciendo Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.En medio de su angustia oraba con mayor insistencia” (Lc 22, 39-42).
Reflexión:
El rosario es oración contemplativa y predicativa. En sus primeras conformaciones los monjes cartujos y cistercienses la tenían como oración personal que les ayudaba a la meditación de los principales Misterios de Cristo y lo hacían de la mano de María, de la que eran muy especialmente devotos. Fray Alano de la Roca, dominico observante bretón, le dio su primera gran universalidad convirtiéndola en oración también predicativa en el entorno laico de sus conventos creando las primeras cofradías dominicanas.
A veces pensamos que, en los momentos realmente duros de nuestra vida, Dios no está con nosotros: le rezamos con angustia, poniendo todo nuestro corazón en cada plegaria y, sin embargo, parece no escucharnos porque el problema sigue ahí́ y yo, frente al silencio del Sagrario, me he de enfrentar a él solo... Y tengo miedo.
El Evangelio nos presenta a Jesús en un momento crucial donde debe decidir sobre el sentido de su vida. No quiere morir, le angustia la incomprensión, la traición de sus amigos... Es el Desierto que vuelve y con él la gran tentación de buscar afectos solamente tangibles, salidas acomodaticias, comprensibles... Es cuando se levanta, se entrega al Amor que le sostiene en la Esperanza y descubre el sentido profundo de su vida... y con ella, de la mía, de la nuestra.
Ofrecimiento y compromiso: Que en cada Avemaría tengamos presente la angustia de una persona, la nuestra propia, que experimentemos con Jesús el miedo a la nada, pero también la Esperanza en el Amor de un Dios que nos sobrepasa y nos ayuda a seguir caminando. La verdadera fe es poner nuestra vida en manos del Señor, aunque a veces nos cueste comprender. Que al pasar las cuentas del rosario, descubramos a los hermanos que necesitan de mí, de mi oración, de mi escucha, que en ese su Huerto de los Olivos no me quede dormido ante su dolor, sino que lo acerque con mi esperanza al Señor del Amor.
Carlos José Romero Mensaque, OP
Fraternidad laical dominicana
Bormujos (Sevilla)
* Padrenuestro.
* Diez Avemarías.
* Gloria.
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