Misterios del Santo Rosario
Cuarto Misterio Gozoso: La Presentación del Niño Jesús en el Templo.
«Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, como lo había llamado el ángel antes de ser concebido en el seno. Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor» (Lc 2, 21-24).
Reflexión:
Este misterio nos adentra a profundizar a contemplar, a escuchar, a acoger, acompañar a Jesús en el templo.
Vemos con los ojos de Simeón y de su madre María, un momento lleno de Gracia, Jesús es Presentado en el Templo.
Nos dejamos guiar, por el Espíritu Santo que como a Simeón le llevo a VER a, buscar a Jesús. Simeón un anciano coge e n sus brazos a Aquel al que buscaba y anhela tato Ver. Tenía en sus brazos ni más ni menos al que sería Luz de la Naciones, luz de nuestras vidas. Y Simeón ya podía terminar su vida pues acogió en su corazón a Cristo, se llenó de paz , se despojó de sus cadenas , de su cárcel al coger a Jesús en sus brazos, así nosotros nos despojaremos de todo aquello que nos quita toda libertad, si sabemos coger en nuestros brazos al Cristo que nos sacara del mundo de las tinieblas para adentrarnos en el mundo de la Luz, en su Reino.
Acogemos a Jesús en nuestros brazos sabiendo que hemos encontrado al amor de nuestra alma, como nos dice el Cantar de los Cantares, y ya una vez que lo hemos Visto como Simeón decimos ahora puedes dejar a tu Siervo irse en Paz. Mis ojos te han visto, mi corazón te ha abrazado.
Y ahora podremos acompañando a María durante las diez Ave Marías de este misterio, reconociendo a Jesús en cada persona que pasa a nuestro lado, siendo Luz para aquellos que viven en oscuridad, dejarnos mirara y abrazar por Ella y que sea Ella como a niños nos presente ante el Señor en el Templo de nuestro corazón.
Ir pasando por nuestras manos las cuentas de este misterio que nos lleva a llenarnos de alegría, a contar todas nuestras cosas a María, todo lo vivido, vivir las actitudes de María que en el Templo al dejar a Simeón a su hijo en sus brazos.
Somos llamados a ser apóstoles de Cristo para predicar la Buena Noticia y Luz para alumbrar a nuestro mundo.
Sor Pilar de Santo Domingo, OP
Monasterio Santa María la Real
– Bormujos (Sevilla) -
* Padrenuestro.
* Diez Avemarías.
* Gloria.
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