LUNES: Misterios Gozosos del Santo Rosario.
Primer Misterio Gozoso: La Encarnación del Hijo de Dios
«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; el nombre de la virgen era María» (Lc 1,26-27).
Reflexión:
En el misterio de la Encarnación, Dios se revela en el triple anuncio del ángel a María:
- El Señor (el Padre) está contigo
- Darás a luz al Hijo del Altísimo
- El Espíritu te cubrirá con su sombra (Lc 1, 35)
Encarnarse significa hacerse carne, hacerse hombre, como todos los hombres, hijo de una mujer, que debe dar su consentimiento humano.
Pero a María no se le ocurre AÑADIR su consentimiento a la obra de Dios; Ella ASIENTE, ADMITE, deja de hacer y le deja hacer.
María, no dijo SÍ, sino HÁGASE y esto supone que Ella:
a) Deja a un lado su proyecto,
b) Le deja hacer a Dios el suyo, abre su mente y su corazón para dar cabida a lo que no comprende,
c) Se deja hacer y trabajar, es la Virgen que confía, se confía y se abandona incondicionalmente, dejándole libres las manos a Dios.
La expresión “HÁGASE” indica un deseo fuerte, activo, dinámico. María es una enamorada dispuesta a servir a su Señor, sin aplazamientos ni condiciones.
El “Hágase” de María es el que abre las puertas al Sí de Jesús: “Heme aquí para hacer Tu voluntad”. Ella, con pocas palabras le hace sitio a la Palabra y expresa que cree en las promesas de Dios. Es la creyente por excelencia.
Nosotros hoy también necesitamos dejar a Dios actuar en nuestras vidas, él nos dará su gracia para poderle responder con un “Hágase” confiado y perseverante.
Podemos preguntarnos: ¿Qué necesita Dios renovar en mi interior? ¿Estoy dispuesto a entregarle lo que me pida?
Fr. Manuel Uña, OP
Convento Virgen del Camino – León
* Padrenuestro.
* Diez Avemarías.
* Gloria.
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