martes, 17 de octubre de 2023

REZANDO EL ROSARIO DESDE SCALA COELI - Día 17


 

Misterios del Santo Rosario


Quinto Misterio Doloroso: La crucifixión y muerte de Jesús


«Llegados al lugar llamado "La Calavera", le crucificaron allí a él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen"... Era ya eso de mediodía cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la media tarde. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito dijo: "Padre, en tus manos pongo mi espíritu" y, dicho esto, expiró» (Lc 23, 33-46).


Reflexión:


     Llegados al Gólgota, crucificaron al Señor. La cruz es el lugar donde Dios pone de manifiesto todo su amor por los hombres. La crucifixión del Señor antes que un hecho histórico, que lo es, es todo un acontecimiento, es el punto más alto de la revelación de Dios. En la crucifixión y muerte de Jesús, el Señor, los cristianos somos conscientes de quién es nuestro Dios, o mejor aún, en la crucifixión y muerte de Jesús, los cristianos experimentamos quien es Dios para nosotros, como quiere Él que vivamos, que lo sintamos cerca de nosotros y entre nosotros. En la cruz, Dios se muestra solidario con todos los que padecen cualquier tipo de sufrimiento y, más aun, con aquellas personas que se sienten atadas al dolor y a la enfermedad. En la cruz aparece Dios Padre sensible, hasta el extremo, ante el dolor que provoca la injusticia, la intolerancia, la intransigencia, el paro laboral, la desorientación en la vida… En la cruz, Dios se muestra como misericordioso. Un Dios que asume como propio el dolor de los hombres.

      Decía Santo Tomás que es propio de Dios usar misericordia, y, en esto, especialmente, se manifestaba su omnipotencia. En la cruz, Dios aparece como el Dios de la misericordia. Sabemos que en hebreo, el término “rahum” (misericordioso) está relacionado con el término “rehem” que significa, seno materno. Esta vinculación quiere decir que el lugar de donde nace la misericordia de Dios es un lugar de ternura, de comprensión, de perdón… la misma ternura, comprensión y perdón que la madre siente por sus hijos. Como siente la madre por sus hijos, así siente el Señor por su pueblo.

      El origen de la misericordia es el seno materno de Dios y la fe es la respuesta confiada del hombre a este amor materno de Dios. En la cruz, se encierra todo el misterio del amor materno de Dios a los hombres. En la cruz, fue Dios quien crucificó todo lo que esclavizaba a los hombres y ésta es la gran victoria de la cruz.

     ¿Somos nosotros sensibles ante el sufrimiento de los hombres? ¿Tenemos entrañas de misericordia? ¿Tenemos “corazón”? ¿Sentimos el amor materno de Dios en nosotros?


Fr. Benito Medina Carpintero OP
Convento Santa Cruz la Real – Granada


* Padrenuestro.

* Diez Avemarías.

* Gloria.

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