lunes, 9 de octubre de 2023

REZANDO EL ROSARIO DESDE SCALA COELI - Día 9


 
Misterios del Santo Rosario

Tercer Misterio Gozoso: El Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén

   «Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo Cirino gobernador de Siria. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.

    Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento» (Lc 2,1-7).


Reflexión:

-La noche en la que Dios sonrió -

     En la noche de Belén el ángel anuncia una “gran alegría para todo el pueblo”. La Palabra omnipotente del Padre es ahora un niño recién nacido; no se da en él un lento descenso sino una caída infinita desde la omnipotencia a la impotencia. “Y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre”.

     Dios se nos presenta en la debilidad y en la fragilidad, aquí esconde su poder que todo lo crea y transforma.

    Jesús, el Enmanuel, vino a revelarnos el amor de nuestro Padre, su bondad, y la primera manera en que lo hizo fue regalando su sonrisa a María y a José, sus padres. Ellos, por su gran fe, supieron captar ese mensaje, reconocieron en la sonrisa de Jesús la misericordia de Dios con todo el pueblo que esperaba su venida.

    En cada Nochebuena nosotros revivimos esta experiencia: nos acercamos al Niño Jesús, lo miramos, lo besamos, sintiendo que Dios nos sonríe, y le devolvemos nuestra sonrisa.

    María en su corazón guardaba la Palabra del Padre y la sonrisa del Hijo. Dios en su seno se ha humanizado y se muestra sonriente; Dios sonriente, y María sonríe contemplando al niño, también sonriendo. Alguien ha escrito: “Una buena sonrisa es algo que hay que construir laboriosamente, con equilibrio interior, con paz del alma, con un amor sin fronteras. La gente que ama mucho sonríe fácilmente porque la sonrisa es ante todo, una gran fidelidad interior a sí mismo… En toda sonrisa hay algo de transparencia de Dios” (Martín Descalzo).


Fr. Manuel Uña, OP
Convento Virgen del Camino – León



* Padrenuestro.

* Diez Avemarías.

* Gloria.

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