martes, 3 de octubre de 2023

REZANDO EL ROSARIO DESDE SCALA COELI - Día 3


MARTES: Misterios Dolorosos del Santo Rosario.



Primer Misterio Doloroso: La oración en el Huerto


«Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a sus discípulos: "Sentaos aquí mientras voy a orar". Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: "Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo". Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: "Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú"» (Mt 26, 36-39).


Reflexión:

        Antes de afrontar todos los momentos decisivos de su vida, Jesús, reza, ora a su Padre. Ahora, cuando intuía que su “gran combate” estaba cerca; Jesús, el Señor, también lo hace, también reza. Aquí, en el Huerto de los Olivos, la oración de Jesús desvela una profunda agonía, una profunda lucha que descubre la verdadera Humanidad del Hijo de Dios. Está desconcertado, avanza un poco internándose aun más en las entrañas de las tinieblas y cae a tierra, pega su cuerpo a la tierra en un extraordinario gesto de humildad delante de su Padre, delante de Dios. Jesús es un vaso lleno de tristeza y de angustia. Todo lo que había dicho en nombre de Dios, todo lo que había predicado en nombre de Dios, ¿dónde quedaba?¿por qué las cosas tenían que ser de esta manera?¿por qué tenía que beber esta copa?¿qué había hecho, dicho, sentido… para que esta copa no pudiera pasar sin que Él la bebiera?.

       Jesús, el Señor, no entiende nada. La opción que Jesús había hecho ahora aparece ante El con toda su crudeza. Y Él la acepta, acepta lo que sea porque se fía de Dios aun en la oscuridad del silencio, acepta lo que sea porque Dios es su Padre, y de esta profunda experiencia vive y siente. Por eso, no duda en terminar su agonía aceptando la voluntad de Dios. “No se haga mi voluntad, sino la tuya”, dice el Señor. Aun en medio de esta oscuridad, de esta terrible oscuridad nacida del sin-sentido y de la desorientación, Jesús pone todo su ser, toda su vida en manos de Dios Padre. La entrega es absoluta, la confianza total. Acepta la voluntad de Dios y se prepara para todo lo que implique esta aceptación. SE FIA DE DIOS.

       ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a aceptar plenamente la voluntad de Dios? ¿Hasta dónde llega nuestra lucha contra la tentación de renunciar a la voluntad de un Dios que nos pide sacrificio, esfuerzo, lucha? ¿Acaso aceptamos la voluntad de Dios aun en la oscuridad y en la tiniebla? ¿Nos fiamos de Dios, de nuestro Dios, que siempre ha querido aparecer ante nosotros como rico en misericordia? ¿Cómo nos sentimos ante el silencio de Dios?


Fr. Benito Medina Carpintero OP
Convento Santa Cruz la Real – Granada

  

* Padrenuestro.

* Diez Avemarías.

* Gloria.

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