domingo, 22 de marzo de 2020

El camino de la Cuaresma día a día. -25-

YO SOY
(Reflexión en torno al ciego de nacimiento, Juan 9, 1-41)

“Desde que recuerdo mi vida está envuelta en oscuridad y vacío. Mi memoria no tiene imágenes, no puedo fantasear ni volar con la mente a otros lugares, porque simplemente… ¿cómo voy a imaginarlos? Por mucho que intentes explicármelo, ¿con qué lo voy a comparar?

Nunca he visto la luz, ni el sol, no he visto el agua ni los ríos; el amanecer o el atardecer son para mí cosas abstractas, sin luz; no he visto el relámpago ni la cara de mi madre. Soy ciego de nacimiento y además pecador, por eso todos huyen de mí porque dicen que contamino, que soy impuro, que Dios me ha castigado, aunque yo no entiendo muy bien el porqué ya que, que yo sepa, no he hecho nada.

Soy ciego, y además invisible, nadie me ve; sólo puedo mendigar. Ni siquiera puedo entrar en ese sitio que llaman Templo, ese lugar donde todos van a hablar con Dios, al menos eso dicen. Pero conmigo no, porque está enfadado, porque soy pecador desde que nací y por eso me ha castigado con la ceguera. Me gustaría preguntarle cara a cara qué puedo hacer, pero no me dejan.

Hoy algo cambió, había gente cerca de mí hablando, cada vez se acercaron más, y… ¡hablaban de mí!

De pronto unas manos cálidas me tocaron el rostro, tocaron mis ojos y decían: “¡No pecó, es para que se manifiesten en él las obras de Dios!”.
¡Por fin alguien se daba cuenta! Todo pasó muy rápido; lo más bonito es que me tocaba con amor; hacía mucho que a mi ceguera se unía la soledad, nadie se acercaba, nadie me tocaba, nadie…, nadie.

Sentí que algo húmedo tocaba mis párpados y luego, esa voz de nuevo me dijo: “¡Ve a Siloé y lávate!”.

Fui lo más rápido que pude y mucha gente, lo notaba, me acompañó.
Me lavé… y VEO: y al ser iluminado comprendí que ya no soy ese ciego, ahora YO SOY, porque me han abierto los ojos y me han dado un nuevo nombre, yo soy.

En Siloé  lavé mis cegueras, mis tinieblas y errores, descubrí un Reino que comienza a crecer, descubrí la luz de la fe y que la paz es para todos.

En Siloé lavé mis mentiras, mis cansancios y pecados, y descubrí que mi vida puede ser espejo donde otros se miren y descubran su verdadero nombre.

Y comencé a gritar: ¡YO SOY!, ¡YO SOY!, me han abierto los ojos del corazón y ahora veo, y ahora creo. Descubrí que Dios estaba conmigo desde el principio y que esperaba con los brazos abiertos a que yo naciera de nuevo.

Descubrí que todos estamos ciegos y no podemos decir “yo soy” porque vemos a Dios lejos y fuera. Pero no, ahora veo, ahora puedo gritar YO SOY, éste es mi nuevo nombre, soy hijo de Dios, soy otro Cristo, ya no tengo que buscar respuestas fuera, no necesito poder entrar a ese templo, yo soy ese templo y Dios habita en mí, sólo tengo que mirar dentro y descubrirlo vivo en mí.

Él me ha sellado con su propio Nombre, YO SOY, me ha conducido paso a paso porque yo no lo conocía, pensaba en Él sólo como un profeta, que venía de Dios porque cumplía su voluntad; y sin embargo, Él es el hijo del hombre, Él es Dios, por eso me postré ante Él que es la luz del mundo, el Salvador del mundo, que ha hecho de mí una pequeña luz en medio de la oscuridad de este mundo para que yo también sea “Siloé”, enviado, imagen y testigo de que el Padre nos ama y nos hace criaturas nuevas, nos da una nueva vida, plena, llena de luz y amor.

Si estás ciego, si tienes miedo, si vives angustiado por la soledad y el abandono, escucha la voz interior del amor que te llama: “¡hijo!, ven a Mí”, acude a Él con confianza y déjate transformar en YO SOY”.

Sor Inmaculada López Miró, OP

Autor: El Greco

Salmo: "El Señor es mi pastor, nada me falta. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.” 

Oración: "Señor Dios, luz que alumbras a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia, para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón”.

Evangelio: San Juan 9, 1-41.





Música para el camino:

"El Señor es Mi pastor", de Nico Montero.