CUARESMA, CAMINO PARA LA
TRANSFORMACIÓN
Parece que al decir Cuaresma nos da tristeza y, además,
le añadimos otras palabras como pecado, sacrificio, abstinencia… y todas con
una carga muy negativa.
Todo se llena de propósitos. Realmente es un tiempo
privilegiado para nuestro camino espiritual.
La verdad es que Jesús nos invita a ser perfectos, lo que
significa que seamos hombres plenos, que aman y se sienten amados, no una
perfección inalcanzable, lejos de nosotros mismos.
¿Realmente le afecta a Dios nuestros sacrificios?, pues las
palabras de Jesús son claras: “quiero misericordia y no sacrificios”.
La Cuaresma tendría que ser un camino para recuperar el
sentido de a lo que estamos llamados, para estar atentos a todo lo divino que
habita en nosotros. Jesús nos invita a una transformación: “sed misericordiosos
como vuestro Padre es misericordioso”, tenemos que amar y practicar la
misericordia.
Al final, Dios no nos preguntará si hemos sido cumplidores
de las leyes, sino si realmente hemos amado.
El Dios que nos muestra Jesús invita a empezar de nuevo,
sin cansarse, a levantar al caído, no oprime; es el Dios de la vida. A pesar de
nuestras limitaciones nos da los dones y las capacidades necesarias para
desarrollar la misión que quiere de nosotros.
Aprovechemos este tiempo para profundizar un poco más, para
llegar al verdadero conocimiento de Jesús, para renunciar a nuestro propio egoísmo,
a nosotros mismos.
Sólo así podemos recibir todo lo que Dios quiere darnos.
Seguimos caminando …
Paqui Román Ramos, OP
Salmo: "No tienes igual entre los dioses, Señor: Grande eres tú y haces maravillas, tú eres el único Dios”.
Oración: "Infunde, Señor, tu gracia en nuestros corazones para que sepamos dominar nuestro egoismo y secundar las inspiraciones que nos vienen del cielo”.
Evangelio:
San Marcos 12, 28-34.
Música para el camino:
"Me siento perdonado" de Ixcís.