Celebracion
de la fiesta de San José en el confinamiento
En la isla de La Reunión (Francia- Océano Indico),
la fiesta de San José es solemnemente celebrada por la
comunidad católica con un afecto especial para el padre adoptivo de Jesús,
"el gran silencioso", del cual los Evangelios no han guardado ni una palabra.
Sus acciones demuestran su fe en Dios y su sentido de la responsabilidad ante
la adversidad.
Este año, el recuerdo de San José se hará sin misas
públicas ni reuniones populares de oración, sino en la comunión espiritual.
La grandeza de San José reside en su aceptación de
la misión recibida de Dios: velar por su esposa, María, y por el niño Jesús. En
este sentido, San José representa un modelo para cada uno de nosotros llamados
a adaptar nuestra vida que no necesariamente corresponde con los proyectos planificados.
A la luz de la santidad de San José, tenemos que
adaptar el tiempo de confinamiento para vivirlo como una misión a cumplir al
servicio del bien común con las renuncias que esto conlleva.
Adaptar no significa resignarse o soportar. Hay una gran
tentación de caer en el desánimo, el descuido o incluso en la ira y en las
discusiones. Vivir juntos es difícil e incluso peligroso en el confinamiento
con el riesgo de explotar. Esto es cierto no solo en las celdas de las prisiones
sino también en las familias.
La fiesta de San José tiene lugar en el tiempo de
Cuaresma, que llama a los cristianos a combatir el mal y el maligno con la
fuerza de Jesucristo. San José lideró la lucha de la fe sin murmurar y
fielmente.
En la carcel,
los reclusos que viven la fe cristiana exclaman a menudo: "Un mal que
puede convertirse en un bien». La pérdida de libertad que no es buena en sí misma
puede convertirse en una oportunidad para crecer en humanidad y espiritualidad.
Los reclusos pueden mejorar sus lazos familiares al pasar por la terrible
experiencia de la prisión.
El Papa Francisco puso un letrero en la puerta de su
habitación en el Vaticano: “Está prohibido quejarse". Una monja trinitaria
de Madagascar me dijo que puso este lema en la pared de su habitación: "Me
encanta la casa en la que vivo, las personas con las que vivo y el trabajo que
hago". Esto es adaptar su vida, imitar y celebrar a San José en estos días de
encierro.
El encierro puede fomentar la solidaridad y el amor
en las familias.
Tenemos la oportunidad de pensar en aquellos que
generalmente se ven privados de su libertad. El autor de la epístola de Hebreos
en el Nuevo Testamento de la Biblia no duda en instar a los cristianos a recordar
a los prisioneros como si estuvieran en prisión con ellos (cf. Hb 13,3). Frente
al individualismo, el cristiano se considera miembro de un cuerpo social y
eclesial. "La muerte de cada hombre me disminuye, porque pertenezco a la
raza humana", dijo el poeta Jonh Donne.
San José ha sido invocado en el curso de la historia
humana como el patrón de la buena muerte. Oremos por los pacientes con
coronavirus y por los fallecidos.
La popularidad de San José corresponde a la
experiencia de una multitud de gracias recibidas por su intercesión con su
Jesús adoptivo, el único Salvador para la fe cristiana.
¡Feliz fiesta de San José confinados!
Fr. Manuel Rivero O.P.
San José y el niño Jesús. Santuario de Santo Domingo de Scala Coeli |
Salmo: "Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades.”
Oración: "Señor, que podamos servirte con un corazón puro como san José, que se entregó por entero a servir a tu Hijo, nacido de la Virgen María”.
Evangelio:
San Mateo 1, 16. 18-21. 24a.
Música para el camino:
"Himno a San José". Música Católica