"EL QUE PIERDA SU VIDA POR MI CAUSA, LA SALVARÁ"
Lo que todos queremos no es perder la vida, sino salvarla de manera definitiva, que en cristiano equivale a disfrutar de la vida eterna, del cielo, que Jesús nos ha prometido. Bien sabemos que para muchos salvar su vida, en estos momentos primeros de nuestra existencia, es tener muchos bienes materiales: casa, comida coche, vacaciones... pensar mucho y siempre en si mismo y no interesarse por la vida de los demás.
Pero los caminos del Señor no son nuestros caminos. Y nos asegura que para disfrutar de la vida hemos en principio de perderla... de vivir entregándola a los demás, en vivir ofreciéndoles nuestro amor. "Amaos unos a otros como yo os he amado".
La pregunta es quién acierta. La sociedad con sus criterios o Jesús con los suyos. La respuesta no va por la línea de la teoría, sino por la línea de los hechos. Y nuestra experiencia vital es clara. Solo el que entrega la vida, la salva, la disfruta. Jamás el que la reserva para si, aunque las apariencias pueden engañar, podrá gozar de la vida y de la felicidad.
Jesús es el camino, la verdad y la vida, unidos entre sí. Viviendo como él, por su camino andaremos en la verdad, no en la mentira, y la vida llenará toda muestra existencia. Jesús es nuestro ejemplo. Entregó su vida y la salvó, resucitó.
Fr. Manuel Santos, OP
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