sábado, 22 de marzo de 2025

CUARESMA 2025: 40 hitos en el camino de la Esperanza (18)


 

“EL SEÑOR ES COMPASIVO Y MISERICORDIOSO”


    La Liturgia de este día nos muestra la identidad del Padre: El Señor es compasivo y misericordioso. Nuestro Dios se complace en la misericordia, nos colma de gracia y de ternura, así nos lo ha dicho el Profeta Miqueas y el salmista y así nos lo revela Jesús en esta bellísima parábola que debería titularse “El Padre Misericordioso”.

    Dice San Juan: “A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo Único del Padre, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer (Jn 1,18). En esta parábola, el protagonista principal es el Padre. Jesús quiere mostrar a sus contemporáneos (publicanos, pecadores, fariseos, escribas…) así como a nosotros, el corazón del Padre. Es una pena que siempre carguemos las tintas en los hijos, sobretodo en el menor, cuando lo que realmente quiere enseñarnos Jesús es cómo es el Padre, cómo nos ama y el gozo de sabernos hijos queridos.

    Los dos hijos viven lejos del Padre, fuera de casa; uno porque se fue, otro porque no quiere entrar. Ninguno de los dos se siente hijo sino esclavos al servicio de un amo: “no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros…. En tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya…”. Jesús quiere que experimentemos el gozo y la libertad de ser hijos de Dios. Jesús vive al Padre como la fuente de su alegría, la alegría de la afiliación, de sentirse querido y envuelto por su ternura, la alegría del “derroche” de un Padre que nos hace partícipes de todo lo que es y tiene.

    Hace muchos años escuché en una predicación que la vida espiritual consiste en un continuo “volver a casa”. Y padre Moratiel escribe que -un proverbio africano dice: “la mayor desgracia es no conocer al dueño de la casa”… Cuando no conocemos al dueño de la casa se adueña de nosotros el egoísmo, la agresividad, la violencia, la ira… nos ciega la ambición, la codicia… No conocer al dueño de la casa, es vivir desconociendo la libertad, la tolerancia… Toda andadura en nuestra vida espiritual es para entrar en comunión con el dueño de nuestro corazón que no esclaviza, ni violenta, que es todo amor, paz, confianza. ( La alcoba del silencio, Cap 5 pags 27 y 28)

    Por eso quiero compartir con vosotros esta pintura de Fray Guillermo Butler OP. La primera vez que vi esta pintura fue en unos ejercicios dirigidos por nuestro querido hermano Fray Félix OP. En cada predicación nos mostraba una pintura y nos invitaba a contemplarla y dejar que ella nos “hablara al corazón”, después él nos daba una catequesis-meditación sobre la pintura. En cuanto vi el cuadro, lo que me vino es ese “volver a casa”.


Sor Mª Montserrat de la Cruz OP

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