lunes, 24 de marzo de 2025

CUARESMA 2025: 40 hitos en el camino de la Esperanza (20)


 
CREER A DIOS EN LOS DESIGNIOS QUE ENVIA


    ¡Qué fácil nos resulta entender que hay que realizar grandes hazañas para poder alcanzar una meta difícil! En realidad hay metas difíciles que no requieren de caminos tortuosos, sino de tres aspectos fundamentales: escucha, confianza y esperanza.

    Cuando se nos presenta un camino fácil ante una situación que creemos insalvable, pensamos que algo no va bien, que hay truco, que nos están engañando, por eso es importante que seamos capaces de escuchar, de poner atención a lo que nos están proponiendo, que no nos rindamos antes de tiempo y mucho menos porque creemos que eso no va a llevarnos a la solución.

    Tras esta escucha activa, donde puede haber preguntas, consultar posibilidades, decir opiniones, llega el momento de la confianza, si no confiamos en las personas que nos están dando posibles caminos de solución, de poco va a servir que nos den la mejor.

    Ahora nos toca poner de nuestra parte y tener esperanza, puede salir mal, puede llevarnos a otro lugar, pero hay que partir del pensamiento de que podemos llegar y eso empieza teniendo esperanza, y poner en práctica lo que nos han sugerido, el resultado final, puede que no sea el deseado, pero siempre nos llevará a alguna enseñanza que nos servirá.

    Para creer a Dios, en los designios que envía, primero debemos estar a la escucha, con la atención puesta en lo que vivimos, lo que nos rodea, no debemos esperar grandes luminosos, un whatsapp o un email, es bastante probable que perdamos el tiempo, o no. Lo cotidiano suele ser uno de los medios de comunicación que Dios utiliza, las personas que van con nosotros de camino, los acontecimientos que ocurren cada día, aunque también en algo que haga que se nos tambalee “el suelo”, Dios puede hablarnos.

    Como hemos dicho antes, si hemos escuchado, lo siguiente es confiar en que eso es lo que nos conviene, lo que nos puede ayudar, es Dios quien se está manifestando a través de ese acontecimiento, de esa persona, de esa reflexión…

    Por último no debemos dejar caer en saco roto el mensaje recibido y ponernos manos a la obra, a veces no hace falta hacer nada, sólo seguir escuchando, nuestro silencio y nuestra paciencia suelen ser tan poco habituales que cuando es lo que nos piden nos cuesta mucho más que realizar grandes proezas.


Hna. Macu Becerra, DMSF

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