sábado, 8 de marzo de 2025

CUARESMA 2025: 40 hitos en el camino a la Esperanza (4)

 


SIGUEME

    Recién empezada la cuaresma resuena en nuestro corazón la llamada de Jesús, SIGUEME. ¿Cuál puede ser nuestra respuesta? “Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad”. Seguir al Señor por el camino, por SU camino, nos conduce a la verdad y a la vida, una vida en plenitud y en abundancia, porque sólo Él es el CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.

    Responder a este SIGUEME, implica despojo, hay que dejarlo todo, porque sólo Él quiere reinar en nuestro corazón. Implica compasión, porque Jesús llama a todos, pero sobre todo a los pecadores para que se conviertan y le amen. Implica fraternidad, porque este amor nos conduce a la comunidad de los que siguen al Señor. Implica Amor, un amor que no ama al estilo humano, sino que trasciende la mundanidad y llega a la locura del Amor manifestado en la Cruz.

    Os brindo esta imagen pintada a mano por San Rafael Arnáiz Barón, este joven trapense que puso toda su confianza y esperanza en la llamada del Señor, SIGUEME, y así lo hizo hasta morir a los 27 años en su monasterio de La Trapa. Una imagen que muestra un camino que conduce a la luz de la Pascua, y un texto que nos ayuda a profundizar en esta llamada de Jesús. Espero que os ayude en este camino cuaresmal, como me ha ayudado a mí en mi camino de vida consagrada dominicana.

    “Seguir…, Seguir…, seguir, sin mirar a los lados, los ojos en la Cruz de Jesús, el corazón abrasado en Amor. Seguir, sin mirar a los lados…. el Amor no permite detenerse, … no ver las flores, no ver las fieras, no ver el camino, … no ver más que el Amor de Dios que nos espera en la Cruz, y detrás de la Cruz, María.

    Seguir… Seguir… sin otra luz, ni guía que Amor… Amor… Amor…” (Texto e imagen de San Rafael Arnáiz).



Sor Inmaculada López Miró, OP

viernes, 7 de marzo de 2025

CUARESMA 2025: 40 hitos en el camino a la Esperanza (3)

 



EL AYUNO QUE YO QUIERO…


    Acabamos de iniciar la peregrinación cuaresmal hacia la Pascua del Señor, tiempo de conversión y renovación, en el que se nos anima a las practicas cuaresmales del ayuno, la oración y la limosna.

    Jesús denunciaba repetidamente la práctica de muchos, que, para ser vistos, modificaban su gesto y su aspecto con tal de aparentar su espíritu de sacrificio, y así ser valorados por la gente.

    En el fragmento del libro de Isaías que hoy contemplamos, se nos anima a no tener una actitud farisaica, que nuestro espíritu de sacrificio, no trascienda a los que están a nuestro alrededor, salvo que adoptemos un auténtico espíritu de denuncia y liberación para los oprimidos injustamente, para los hambrientos, para los que no tienen donde vivir, para los que se han visto forzados a abandonar su país movidos por la violencia o la necesidad de buscar un mundo mejor.

    Estamos en pleno jubileo de la esperanza, en el que el Papa nos invita a, como peregrinos, tomar el camino junto a los que más están sufriendo, infundiéndoles la esperanza que Jesús nos ha manifestado siempre, buscar la vida futura; pero para eso debemos dejar de lado nuestros egoísmos, salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, padeciendo con los que padecen, sufriendo con los que sufren, compartiendo con los que no tienen nada que compartir, en definitiva siendo signos de esperanza para los que más lo necesitan.

    No debemos olvidarnos de aquellos más cercanos a nosotros, nuestra familia, nuestros vecinos, amigos o compañeros de trabajo, ¿es nuestra actitud una actitud de acogida, de escucha, de cariño? ¿O más bien nos convertimos en islas, donde intentamos aislarnos, preocupándonos de nosotros mismos, sin importarnos lo más cercano a nosotros, y ni lo menos cercano?

    Debemos asumir en lo más íntimo de nuestra alma que el inmenso amor de Dios encarnado en Jesucristo, que se nos da gratuitamente, debemos reflejarlo como un espejo enorme que ilumine a todas las gentes, que sea el motor que nos mueva, no solo en esta Cuaresma, sino durante toda nuestra vida, convirtiéndonos, como decía fray Bruno Cadoré OP, en HERALDOS DE ESPERANZA.

    Ese es el ayuno que nos pide el Señor.


José Vicente Vila Castelar, OP


jueves, 6 de marzo de 2025

CUARESMA 2025: 40 hitos en el camino a la Esperanza (2)

 



"EL QUE PIERDA SU VIDA POR MI CAUSA, LA SALVARÁ"



        Lo que todos queremos no es perder la vida, sino salvarla de manera definitiva, que en cristiano equivale a disfrutar de la vida eterna, del cielo, que Jesús nos ha prometido. Bien sabemos que para muchos salvar su vida, en estos momentos primeros de nuestra existencia, es tener muchos bienes materiales: casa, comida coche, vacaciones... pensar mucho y siempre en si mismo y no interesarse por la vida de los demás.

          Pero los caminos del Señor no son nuestros caminos. Y nos asegura que para disfrutar de la vida hemos en principio de perderla... de vivir entregándola a los demás, en vivir ofreciéndoles nuestro amor. "Amaos unos a otros como yo os he amado".

           La pregunta es quién acierta. La sociedad con sus criterios o Jesús con los suyos. La respuesta no va por la línea de la teoría, sino por la línea de los hechos. Y nuestra experiencia vital es clara. Solo el que entrega la vida, la salva, la disfruta. Jamás el que la reserva para si, aunque las apariencias pueden engañar, podrá gozar de la vida y de la felicidad.

          Jesús es el camino, la verdad y la vida, unidos entre sí. Viviendo como él, por su camino andaremos en la verdad, no en la mentira, y la vida llenará toda muestra existencia. Jesús es nuestro ejemplo. Entregó su vida y la salvó, resucitó.


Fr. Manuel Santos, OP

miércoles, 5 de marzo de 2025

CUARESMA 2025: 40 hitos en el camino a la Esperanza (1)

 




LA CONVERSIÓN AL PERDON NOS DEVUELVE LA ESPERANZA



Ahora es el tiempo favorable (2Cor 5,20): Conviértete, y cree en el evangelio

        Cuaresma es un camino por hacer en el desierto de la vida, que tiene como meta la Esperanza. Y lo hacemos juntos, en Oración, Caridad y Perdón.

1. Sin esperanza en el perdón, no hay conversión y te vuelves triste y resentido.

       Quien vive sin esperanza en el perdónse vuelve triste. Sin esta esperanza.. Sin esta esperanza... aparece el abatimiento y la soledad interior…

          «¿Qué sería de nosotros si no nos apoyásemos en la esperanza, y si, en este camino a través de las tinieblas, iluminado por la palabra y el espíritu de Dios, no se apresurase nuestro entendimiento a ir más allá de este mundo?» ( Calvino).

       «La esperanza es como el aire que respiramos y el pan que comemos» (Moltmann)

     «Sin esperanza, todo esto no sería más que un cementerio.» Toda esperanza ayuda a vivir mejor la vida». (Péguy)

      «El pecado contra la esperanza es el más mortal de todos, y acaso, por parte de algunos, el pecado mejor acogido, el más acariciado» e incluso el de quienes renegaron de la esperanza y llegaron al suicidio...» ( Bernanos)

2. Cuanta más esperanza en el Perdón de Dios, más conversión mia y del mundo..

      Las dos alas con las que sobreponernos a la realidad son la fe y la esperanza del perdón. Con ellas podemos remontar el vuelo, ante las dificultades, y el pecado.

     «Sólo el que cree... espera de verdad. Y sólo el que de verdad espera... cree. No creemos sino.., lo que esperamos. Y no esperamos sino.., lo que creemos.» (Unamuno)

     «Te acuerdas de los días malos pasados... y te lamentas. ¡Alégrate más bien de todoslos días buenos... que te depara el porvenir!» (Tagore).

      «Vendrá la mañana, pasarán las sombras, y vendrán la luz, y el Señor te hartará –te llenará- con su visita. Y el Señor enjugándote las lágrimas te hinchará los labios de risa, y tu alma rebosará alegría. Es ya vivir la vida con plenitud» (S. J. Avila)

     «Esperar es llevar dentro de mí la íntima seguridad de que, cualesquiera que puedan ser los problema que tenga, este... no puede ser definitiva…, ha de tener arreglo.»( G. Marcel)

     «Si buscas el Camino que deberías de tomar, opta por Jesucristo»
 (Sto. Tomás de Aquino).



Fr. José A. Segovia, O.P.