JUAN ES SU NOMBRE ¿QUÉ SERÁ DE ESTE NIÑO?
La palabra de Dios nos indica hoy una escena familiar que podría resultar intrascendente: ¿Qué nombre llevará el hijo de Zacarías e Isabel?
Entre nosotros, el nombre de un niño o niña depende solo del gusto de los padres: antecedentes familiares, recuerdos de una artista de una serie, sonoridad o novedad son motivos suficientes para que el recién nacido sea conocido así de por vida.
En el mundo antiguo no era así. Por ejemplo, en la cultura guaraní del Paraguay, una criatura al nacer es una palabra eterna de los dioses que empieza a crecer en el tiempo. El nacimiento se anuncia así: “está por tomar asiento un ser que será la alegría de los bien amados”. El ser humano, al comenzar a vivir será una “palabra que se pone en pie”. Y el nombre le será dado de lo alto. Se llama al “mitá renoí “ (”el que da nombre al niño”) que en oración y en comunicación con lo divino recibe a su tiempo, el nombre de la criatura: un nombre que no “tiene“ el niño, sino que “es” el niño.
Lo mismo pasaba en la revelación bíblica. El nombre significa la identidad y la misión. Juan (Yohanan en hebreo) significa “Yahveh es compasivo” y la vida entera de Juan el bautista desde su nacimiento hasta su martirio, será una prueba de que Dios no se ha olvidado de sus promesas para con su pueblo, como cantará en el benedictus su padre cuando recobra su voz desde la anterior mudez.
¿Y nosotros? La elección de nuestro nombre, como hemos dicho, puede haberse debido a muy diferentes circunstancias, pero es como un vaso vacío que vamos llenando con nuestras vidas, nuestras elecciones, nuestros actos, nuestras relaciones. Al final, cada nombre concreto es una persona concreta e irrepetible. Lo que era una denominación, se ha convertido en una descripción.
La pregunta de los vecinos de Zacarías e Isabel, era, pues, lógica: “Si tiene este nombre, esta identidad, esta misión ¿qué será de este niño? ¿Cómo se desarrollará esta persona y esta misión?
Y esta es también una pregunta para cada uno de nosotros. Sea cual sea nuestro nombre ¿qué haremos con nuestra vida y que misión positiva aportaremos o negaremos al mundo?
Fr. Francisco José Rodríguez Fassio, OP
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