sábado, 16 de diciembre de 2023

Adviento 2023 desde Scala Coeli: Caminamos en comunidad - Sábado 2ª Semana



 ¡Dichosos los que te vieron, Elías, 
y se durmieron en el amor!

(Eclo, 48,11)


    La frecuencia del Antiguo Testamento en la liturgia del Adviento, con sus protagonistas que nos hablan de salvación, de paz, de restauración, etc., nos remiten a la situación de los que esperan y nos disponen a la venida del Señor haciendo nuestras la actitudes de esos personajes.

    La figura que destaca en la liturgia de este sábado de la segunda semana de Adviento es la del profeta Elías, llamado "el hombre de Dios" (1 Re 17,18-24), y no de un dios cualquiera, sino del Dios verdadero, del Dios vivo, del Dios de la Alianza. El lema de Elías, su sello distintivo, era: "Vive Yahvé, el Dios de Israel, en cuya presencia estoy". Con esta frase entraría en la historia del pueblo y se presentaría ante el rey Ajab y Jezabel (1 Re 17,1; 18,15).

    Esta presencia tan profunda de Yahvé capacitaba a Elías para detectar y desenmascarar la falsa imagen de Dios difundida por los profetas de Baal, vinculados al rey Ajab y su esposa Jezabel (1Re 18,27), y para convertirse para el pueblo en la revelación del Dios vivo y verdadero.

    El profeta Elías no actuaba por interés propio. Le impulsaba el celo por la causa de Dios (1 Re 19,10.14). Todo lo que hacía, lo hacía por Dios.

    Entre los pobres, el profeta era visto como "el hombre que habla las palabras de Dios" (Reyes 17:24); y entre sus compañeros, los profetas de Betel y Jericó, como el hombre siempre disponible que podía ser arrebatado en cualquier momento por la acción imprevisible del Espíritu de Dios (2 Reyes 2:3, 5).

    El profeta Elías ha entrado en la historia como "el hombre de fuego, cuya palabra quemaba como antorcha" (1ª lectura, Eclo 48,1) y como el que debía volver al final de los tiempos para reconciliar a los padres con los hijos y restablecer las tribus de Jacob (Eclo 48,10) y así preparar al Señor un pueblo bien organizado (cf. Lc 1,17).

¡Dichosos los que te vieron, Elías, y se durmieron en el amor! (Eclo, 48,11)



Fr. Jesús Nguema, OP

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