domingo, 17 de diciembre de 2023

Adviento 2023 desde Scala Coeli: Caminamos en comunidad - Tercer Domingo


 


JUAN el BAUTISTA, TESTIGO DE LA LUZ


     La Navidad se anuncia en nuestras calles por luces y más luces, de formas diversas, que se encienden al atardecer; para la mayoría son un reclamo comercial o turístico, aunque solo unos pocos sean capaces de ver en ellas la señal de aquella Luz que atravesó nuestra historia en Cristo, Luz del mundo (Jn 8,12), y que hizo posible que toda oscuridad fuese vencida en su nacimiento y en su Pascua. Por eso añadimos velas y otras señales luminosas en nuestra decoración del hogar. Más allá de la estética, apuntan a la Luz que vence toda oscuridad, que nos llama y atrae, que se convierte en faro de esperanza y puerto seguro para tantos hombres y mujeres errantes…

     Cuando el apóstol Juan escribe su evangelio, a finales del s. I, todavía existían algunos discípulos del Bautista, que lo tenían como modelo de vida, incluso de forma complementaria a Jesús. Por eso el evangelista recalca el papel subordinado de aquel que bautizaba en el Jordán: el sentido de su misión había sido solamente apuntar a Jesús, a quien señaló en el bautismo y en los signos de liberación que posteriormente conoció. En esta cultura nuestra, en la que nos gusta ser “actores principales”, “brillar con luz propia”, el Adviento nos propone ser “secundarios”, dejar el protagonismo al único que puede salvar, que da sentido a todo y a todos. ¡Esa es la función de los testigos! Señalar, saber quedarse detrás, remitir a alguien más grande…

     Decía Tomás de Aquino, cuyo jubileo estamos celebrando, que es más importante iluminar que brillar, o dar a los demás lo contemplado que únicamente contemplar. Brillar es tentador, en esta época de apariencias… Juan Bautista ha visto la luz en Jesús y la señala. Sus gestos proféticos, incluida su muerte valiente, son un reflejo coherente del fuego y la pasión que ha recibido del Mesías. ¡Por eso se tiene a sí mismo como testigo!

   El mundo en el que vivimos necesita urgentemente “testigos de la luz”; no “estudiosos” solamente, o personas que hablen “de oídas”. Hombres y mujeres que se hayan dejado cautivar por el fuego de Cristo y que sientan la urgencia de hablar de Él, incluso sin palabras. Personas que saben lo que es ir detrás del Maestro sin ser protagonistas. Creyentes que iluminen con la luz que Jesús mismo ha encendido en su adentro. ¿Nos animamos a ser testigos?


Fr. Fco. Javier Garzón Garzón, OP

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