MARÍA Y EL ANGEL GABRIEL
Hoy vemos la actuación de Dios a través del ángel Gabriel, enviado para dar una gran noticia a María, una joven virgen que habitaba en la ciudad de Nazaret.
“El ángel entrando en su presencia…”, es decir, no se impone de manera estrepitosa en la vida de María, al contrario, la visita allí donde está, de manera profunda, entrando también en el santuario de su alma. Así es como nos visita el Señor a nosotros, allí donde nos encontramos, en lo concreto de nuestra historia, sin grandes espectáculos, el Señor entra en nuestra presencia, en lo más íntimo de nuestro interior.
Lo primero que le dice el ángel a María es “Alégrate, llena de gracia”, le da a María un nombre nuevo y esto causa una gran alegría, llena de gracia, colmada de las bendiciones de Dios. Esto es lo que hace Dios con cada uno de nosotros, a ti y a mí nos ha dado un nombre nuevo: hijos de Dios, ¿Cómo no saltar de alegría ante todo el amor que derrocha Dios sobre sus hijos?
María se pregunta y se sorprende ante el saludo y la noticia del ángel, ¿falta de confianza, falta de fe? Al contrario, aquí es donde María cree y confía más que nunca, lo único que ve es su pequeñez. Sin embargo, cuántas veces dudamos nosotros de la obra de Dios en las cosas que no entendemos, cuando nuestros proyectos no salen como esperamos, nos cuesta seguir en pie y confiar, muchas veces no nos dejamos sorprender por Dios y nos aferramos a nuestros planes y formas de ver las cosas.
María pronuncia el “Hágase”, y el ángel la deja, porque Dios mismo habita dentro de ella, el ángel ha cumplido su misión y da paso a la gran obra de Redención en la humanidad.
¡Cuántas enseñanzas de la mano de una joven de Nazaret! Así viene Dios a nuestro encuentro, en lo sencillo de cada día, Él quiere realizar proyectos maravillosos en nuestra vida, sólo si le dejamos. Digamos como María: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
Sor Mihaela María, OP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comparte con nosotros...