“El Espíritu os guiará a toda la verdad”
Jn 16,12-15
Nadie sabe qué es la verdad. No lo saben quienes se encargan de imponer la suya, esa que viene mezclada de intereses y de orgullo. Ni tampoco saben precisarla aquellos que se esfuerzan por disipar el camino y buscarla en humildad, desprendimiento, transparencia…. La verdad no se define: se vive. Se tiene, o más bien: le tiene a uno. Porque siempre es más grande que nosotros, nos supera. A la verdad se la encuentra y se la sirve. Ella suele abrir el camino y desenmascarar, despacio, muchas falsedades rutinarias. A la verdad se la desea y se la busca siempre junto a otros, en comunidad. “Ni tu verdad ni mi verdad sino la verdad; vamos juntos a buscarla, ¡la tuya guárdatela!”. Porque la verdad nos pone en la puerta del misterio de Dios. Así, sólo de la mano del Espíritu, unidos a otros, podemos acercarnos a ella. Desenmascara en el día de hoy aquellas falsas verdades que te rodean, en las que te mueves. Pide al Espíritu del resucitado que te descubra la verdad de todo lo que vives y haces…
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