lunes, 11 de marzo de 2024

Cuaresma 2024 desde Scala Coeli con Santo Tomás de Aquino. Lunes 4º de Cuaresma


 

Creer en Jesús y en su Palabra


     Para Santo Tomás, lo primero necesario al cristiano es la fe, sin la cual nadie se puede decir fiel cristiano. Por la fe el alma cristiana se une a Dios, se establece un cierto matrimonio espiritual (“Te desposaré conmigo en la fe” Oseas, 2, 20). Por la fe se incoa en nosotros la vida eterna, que no es otra cosa que conocer a Dios (“Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el solo Dios verdadero” Jn. 17,3). Y la fe dirige la vida presente, pues para que el hombre viva bien es la fe la que enseña todas las cosas necesarias para vivir bien.

     Nadie debe dudar de la fe, sino creer las cosas que son de fe más que las cosas que ve, porque la vista del hombre puede engañarse; mas la ciencia de Dios nunca falla. No sólo es necesario para los cristianos creer que hay un solo Dios, y que éste es el creador del cielo y de la tierra y de todas las cosas; sino que también es necesario creer que Dios es Padre y que Jesucristo es verdadero Hijo de Dios. Esto, es cosa cierta y probada por la palabra de Dios en el monte cuando dijo: “Éste es mi Hijo, en el que me he complacido: escuchadle”.

    Santo Tomás también enseña la actitud que ha de tenerse ante la palabra de Dios. No se trata sólo de escuchar y conocer la Palabra de Cristo, sino aceptarla como verdadera y salvadora. Quien la acepta así es como la semilla que prende y echa raíces, porque es acogida con el obsequio de la mente y el corazón. Esta actitud es, a la vez, fruto del don de Dios y de la libertad del hombre, que, sin ser obligado por la fuerza de la evidencia o las señales a su alcance, se entrega a Jesucristo como a la Verdad.

   Asimismo, Santo Tomás señala dos actuaciones que todos debemos llevar a cabo. La primera, “Conviene que el hombre comunique a otros la palabra de Dios, amonestando, predicando e inflamando”. Así lo dice San Pablo a los colocenses: “Que la palabra de Cristo habite en vosotros abundantemente, enseñando y amonestándoos unos a otros en toda sabiduría”; y a Timoteo: “Predica la palabra, insiste oportuna e inoportunamente, arguye, increpa con toda paciencia y doctrina”. Y la segunda, la palabra de Dios debe llevarse a la práctica: “Sed cumplidores de la palabra y no sólo oyentes, engañándoos a vosotros mismos" (Sant. 1, 22).


Oración


Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad,

mi memoria, mi entendimiento

y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer;

Vos me lo dísteis, a Vos, Señor, lo tomo;

todo es vuestro: disponed de toda vuestra voluntad.

Dadme vuestro amor y vuestra gracia,

y esto me basta.

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