lunes, 18 de marzo de 2024

Cuaresma 2024 desde Scala Coeli con Santo Tomás de Aquino. Lunes 5º de Cuaresma


 

Justicia y Misericordia



    Santo Tomás recoge las explicaciones que sobre el relato de Jesús y la mujer adúltera llevan a cabo varios Padres de la Iglesia. Podemos destacar los textos siguientes:

    Alcuino de York: “Por la tierra debe entenderse el corazón humano, que suele dar su fruto por medio de acciones buenas o malas. Con el dedo, que es flexible en sus articulaciones, se expresa la sutileza del discernimiento. Nos da a conocer en esto que cuando veamos una acción mala en nuestro prójimo, no debemos condenarla en seguida, sino que primeramente, volviendo al secreto de nuestro corazón, examinémosla con cuidado y solicitud”.

    San Agustín: "El que entre vosotros esté sin pecado, tire contra ella la piedra el primero". Esta es la voz de la justicia. Sea castigada la pecadora, pero no por los pecadores. Cúmplase la Ley, pero no por medio de los mismos que la quebrantan.

    San Gregorio Magno: “El que no se juzga a sí mismo antes, desconoce lo recto al juzgar a otro, y si esto lo sabe únicamente de oídas no podrá juzgar rectamente los méritos ajenos, porque la conciencia de su inocencia propia no le suministra la regla del juicio”.

    San Agustín: “Únicamente quedaron dos, la miseria y la misericordia, pues dice Juan: "Y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en pie, en medio". Yo creo que aquella mujer se quedó aterrada, porque esperaba ser castigada por Aquél en quien no se podía encontrar culpa alguna. Mas Aquél que había rechazado a sus adversarios con la lengua de la justicia, levantando hacia ella sus ojos de mansedumbre, le preguntó: "mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿ninguno te ha condenado?" Dijo ella: “ninguno, Señor". Hemos oído antes la voz de la justicia; oigamos ahora la voz de la mansedumbre: "ni yo tampoco te condenaré". Esto dice aquél por quien, acaso, has temido ser condenada, por ser el único en quien no has encontrado culpa. ¿Qué es esto, Señor? ¿Fomentas los pecados? No, en verdad. Véase lo que sigue: "Vete, y no peques ya más". Luego el Señor condenó, pero el pecado, no a la mujer.

   “El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados”. (Salmo 25.8)




Oración


Oh, santísimo Jesús,

concédeme desear ardientemente,

buscar prudentemente,

conocer verdaderamente

y cumplir perfectamente,

en alabanza y gloria de tu nombre,

todo lo que te agrada.

Ordena, oh Dios mío, el estado de mi vida:

concédeme que conozca lo que de mí quieres

y que lo cumpla como es menester y conviene a mi alma.

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