Imagen completa de la obra "De lo alto". Autor: Fr. Félix Hernández, OP |
Reflexión
para
caminar juntos en esta Cuaresma
de
Fr. Félix Hernández Mariano, OP
(Convento
de Sto. Domingo de Scala Coeli – Córdoba):
¡Cuántas veces en la vida nos encontramos sedientos, anhelamos muchas cosas que nunca logramos alcanzar! Estados, éxitos, comodidades, relaciones o seguridad, en las que nunca nos encontramos satisfechos y por las que gastamos el tiempo y la energía que tenemos. Se trata de una sed que, como al pueblo de Dios en la primera lectura, nos agobia y llena de angustia.
También el evangelio comienza hablando de sed, en este caso es el mismo Jesús el que tiene sed, sed de ti, de tu amor ...
El diálogo que mantiene con la samaritana representa un profundo y denso proceso catequético. A lo largo de la narración vemos cómo, partiendo de las cosas materiales y mundanas, de esa sed insaciable, poco a poco, el Señor va conduciendo a la mujer hacia los bienes del cielo, los que no se acaban, hacia un manantial inagotable, ¡el agua viva! Un manantial que es el mismo Cristo y junto al cual nuestra sed se transforma radicalmente: deja de ser una necesidad axfisiante, para convertirse en una inquietud que nos hace avanzar y crecer hasta la plena y definitiva.
En estas semanas de Cuaresma tenemos especialmente presente este camino de vida hacia la eternidad en el Amor al que hemos sido incorporados por el bautismo, como nos recuerda la segunda lectura.
En la pintura de esta semana, "De lo alto", encontramos representado ese manantial que salta y se eleva hacia arriba. En su camino atraviesa una zona de tonos morados, los sufrimientos y dolores de esta tierra, pero no se detiene en ellos, su destino final es el espacio superior del cuadro, de colores amarillos, verdosos y dorados que representan al abrazo infinito de Dios, la meta de la resurrección que es nuestra esperanza y nuestra alegría.
Oración de este Domingo
tercero
Señor,
Padre de misericordia y origen de todo bien,
que aceptas el ayuno, la oración y la
limosna
como
remedio de nuestros pecados,
mira
con amor a tu pueblo penitente
y
restaura con tu misericordia
a
los que estamos hundidos bajo el peso de las culpas.
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