Cuánta gracia le concedió Dios entre los hombres
El siervo de Dios Domingo, crecía ante Dios y ante los hombres en gracia y fama. Los herejes se recomían de envidia. Molestaba a sus ojos la claridad que irradiaba de este hombre santo. Mientras ellos se burlaban y manifestaban la maldad que ocultaban en el tesoro de su corazón perverso, crecía hacia él la devoción de los fieles, y los católicos lo veneraban con gran afecto. También entre los magnates, arzobispos, obispos y otros prelados eclesiásticos de aquellas tierras, era honrado grandemente a causa de su santidad.
En aquel tiempo no estaba todavía fundada la orden de Predicadores. Santo Domingo se dedicaba con todas sus fuerzas a la predicación. Permaneció Domingo en aquel territorio (Fanjeaux y alrededores) casi solo durante cerca de doce años, hasta el tiempo en que se celebró el concilio Lateranense.
(Humberto de Romans)
Señor Jesús que animaste la conversión de Zaqueo cuanto te vio,
toca los corazones de los dueños del poder y del dinero
para que, viendo tu rostro en los pobres,
abandonen sus codicias y promuevan la justicia.
- Preces por las Misiones-
Selvas Amazónicas - Misioneros Dominicos