Santo Domingo con los pobres y los necesitados.
Daba cabida a todos los hombres en su abismo de caridad. Como amaba a todos, de todos era amado. Hacía suyo el lema de alegrarse con los que se alegran y llorar con los que lloran. Inundado como estaba de piedad, se prodigaba en atención al prójimo y en compasión hacia los necesitados.
Otro rasgo le hacía gratísimo a todos: el de avanzar por un camino de sencillez, sin mostrar nunca vestigio alguno de duplicidad o ficción, tanto en palabras como en obras.
En las horas nocturnas nadie más insistente en las vigilias y oraciones por todos los modos. Por la noche se detenía en el llanto, y por la mañana le inundaba la alegría. Entregaba el día a sus prójimos, la noche a Dios, convencido como estaba de que el Señor ha enviado durante el día su misericordia y de noche su cántico.
(Beato Jordán de Sajonia)
Te presentamos Señor nuestra pobreza.
Danos el temor de Dios para seguir a Cristo como él:
pobre entre los pobres,
y vivir con ellos la precariedad de la vida cotidiana y,
lejos de todo poder,
convertirnos en hermanos y hermanas de los últimos.
- Preces por las Misiones-
Selvas Amazónicas - Misioneros Dominicos