Hoy, 18 de agosto, la Iglesia recuerda al beato Manés de
Guzmán, hermano de santo Domingo.
Se dice de él que fue de gran ayuda a su hermano en la
fundación de la Orden, ya que en 1217 lo envió con otros frailes a París, y en
1219 le encomendó el cuidado de las monjas de Madrid.
Según Fray Rodrigo de Cerrato, cuando conoció en 1234 la
canonización de su hermano, fue a Caleruega y allí predicó a sus paisanos y les
persuadió para que en el lugar donde había nacido santo Domingo edificaran una
iglesia, el actual monasterio dominicano de clausura.
Fue imitador perfecto de la santidad de Domingo y eligió
desde el primer momento la forma de vida de los Frailes Predicadores. Era un predicador
ferviente, de conducta honesta, afable, humilde, alegre y benigno.
Murió en el monasterio de San Pedro de Gumiel, y fue
sepultado con honor en su Iglesia. Gregorio XVI confirmó su culto el 2 de Junio
de 1834.
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