Señor, tú nos convocas a hombres y mujeres,
a andar por tus caminos, descalzos, dos en dos,
soñando con el Reino, el mundo que tú quieres;
los brazos siempre abiertos y ricos en amor.
Llevamos un tesoro en vasijas de barro
para que se demuestre tu fuerza, Señor.
Humildes portadores de algo tan sagrado
que sólo imaginarlo estremece el corazón…
SEÑALES DE ESPERANZA,
SEÑALES DE TU REINO,
EL BARRO EN NUESTRAS MANOS,
LOS SUEÑOS, EL AMOR.
SEÑALES DE ESPERANZA,
EL PECHO ATRAVESADO
CON NOMBRES Y CON ROSTROS,
TU PUEBLO, MI SEÑOR.
Señor, si tú te ocultas o duermes en la barca,
perdona que gritemos: no es falta de fe.
Es que la noche a veces nos borra tus pisadas
y el miedo nos encuentra sin saber qué hacer.
Dijiste que volvías, te estamos esperando,
los ojos miran lejos por si te ven llegar.
La espera se hace larga, la vela va mermando,
pero antes de apagarse nos das una señal.
Señor, aquí nos tienes, queremos serte fieles.
Tú sabes que te amamos, ¿a quién vamos a ir?
Obreros de tu viña, mañana, tarde o noche,
cenar después contigo, ¿qué más se ha de pedir?
Tu pueblo nos enseña a verte en lo escondido,
oculto en la pobreza de lo sacramental.
Tu pueblo nos cobija, nos da lugar y abrigo,
y a no bajar los brazos, que hay mucho por andar.
Santo Domingo de Scala Coeli
Adviento de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comparte con nosotros...