Pascua es tiempo de…renovación.
Tiempo de renacer, de reverdecer, como la naturaleza que, tras el sueño invernal, se transforma ofreciéndonos su imagen más colorida, alegre y feraz. La acción del agua y la luz favorecen que, de la tierra inerte, broten toda clase de verduras y fragantes flores; el aire, se impregna de sus aromas y se ameniza con los canoros gorjeos de los pájaros y el zumbar de los afanados insectos polinizadores…todo evoca vida, creación, renovación; maravillosa alegoría de la Pascua, del triunfo del Señor de la Vida sobre la muerte que, definitivamente, ha perdido la batalla.
Que este renacimiento que captan los sentidos, estimule nuestro anhelo de vida renovada centrada en el amor a Dios y a los hermanos. Pidámoslo con insistencia en la oración, como gracia que supera nuestras fuerzas y determinación, para que el paso de Cristo Resucitado por nuestra vida desvele nuestra mejor imagen. Feliz Pascua.
Oración:
Mil gracias derramando,
pasó por estos sotos con presura,
y, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.
(San Juan de la Cruz. Cántico Espiritual)
Manuel A. Navío Perales, OP
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