martes, 13 de abril de 2021

Tiempo de Pascua desde Scala Coeli (9)

 

Cirio Pascual Iglesia Santa Rosa de Lima - Madrid

 

 Pascua es un tiempo de… reavivar la Esperanza

 

A veces los tiempos se ponen recios y parece que todo se nubla.

A veces las circunstancias sociales, de salud, de economía, de política nos golpean y nos descentran y nos hacen dudar.

A veces no sabemos bien cómo saldremos de esta, cómo puede ser que lo que vivimos sea sanado, cómo se puede superar tanto miedo, tanto dolor, tanta incertidumbre, tanta oscuridad, tanta injusticia.

Precisamente ahí, es donde más cobra sentido la Pascua y la Memoria de la Resurrección del Señor Jesús.

Memoria -como en la eucaristía- activa, memoria viva, memoria actuante, memoria presente que vuelve a traer aquí y ahora la vida plena que Dios nos regala con la resurrección, memoria que reaviva la Esperanza.

La Esperanza de que la vida siempre vence a la muerte, de que la luz vence a la oscuridad, de que el bien vence al mal, de que lo justo se impone a lo cruel, de que el amor vence siempre al miedo.

Esperanza que no se basa en un ingenuo optimismo, sino que se cimenta y sustenta en la misma Resurrección del Señor Jesús por Dios, la prueba definitiva del amor de Dios por la Humanidad, la prueba definitiva de que al final, todo acabará bien, y si las cosas aún no están bien, es que aún no han acabado.

¡Feliz Pascua de Resurrección! ¡Feliz Esperanza!

 

 

Oración:

A ti, Señor, levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo y entre los hijos de los hombres.

Levanto mis ojos de donde viene mi esperanza.

La esperanza me llega a borbotones de tu inmenso amor, de que no te olvidas nunca de mí.

Muchos hombres ponen su esperanza en la tierra, en lo superfluo.

Mi esperanza es pronunciar tu nombre.

Mi alegría se llama conocerte, saber de tu bondad infinita, más allá de donde alcanza mi razón.

Tú eres una puerta abierta, una ventana llena de luz.

Cuando los hombres me miran, me preguntan por qué sigo creyendo, por qué tú sigues siendo mi esperanza, me digo:

Si te conocieran,

Si supieran sólo un poco de ti,

Si ellos descubrieran lo que tú eres, seguro de que no dirían lo que dicen; pues tú eres inmensa esperanza que acoge mi cansancio.

Por eso, por todo y por siempre,

Tú, señor, eres mi esperanza.

                                                                                    

Fr. Vicente Niño, OP

 

 

 

 

 

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