miércoles, 14 de abril de 2021

Tiempo de Pascua desde Scala Coeli (10)

 

Cirio Pascual Iglesia Convento de la Encarnación - Córdoba

 

Emaús, terapia de ESPERANZA

 

El miércoles de la Octava de Pascua leíamos el pasaje de Emaús (Lucas 24, 13-35).

El Papa en su catequesis del 24 de Mayo de 2.017, se detiene en la experiencia pascual de estos dos discípulos de Jesús, y habla de una auténtica terapia de esperanza.

Ellos caminaban “decepcionados, tristes” ante la muerte de Jesús, caminando con una esperanza meramente humana, hecha pedazos tras su muerte. En tal situación, ellos huyen de Jerusalén, muy decepcionados porque la vida de Jesús acabara de ese modo.

En un encuentro, aparentemente casual, se les une Jesús, que enseguida empieza con ellos su terapia de esperanza. Les deja que se expresen, los escucha en profundidad, y bien pronto ellos...(como con tanta frecuencia nos ocurre a nosotros…) le transmiten sus expectativas: “Nosotros esperábamos”...pero...Su espera era muy parecida a muchas esperas nuestras, que acaban dándonos tristeza, derrotismo, decepción, sensación de fracaso…

Jesús sigue con ellos en el camino y les va explicando las Escrituras, en lo referente a Él mismo. Luego “toma el pan, lo bendice, lo parte, se lo da...y es entonces cuando Lo reconocen, pero Jesús desaparece, dejando en ellos su huella indeleble: una esperanza que les llena el alma:

¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?

Es la huella de Jesús, que también quiere dejar en nosotros cuando nos abrimos a Su Presencia.

En palabras del Papa “Dios caminará con nosotros siempre, incluso en los momentos más dolorosos, también en los momentos de de derrota: ahí está el Señor. Y ésta es nuestra esperanza, -continúa el Papa- “vayamos adelante con esta esperanza, porque Él está junto a nosotros, caminando con nosotros SIEMPRE”.

En la situación de pandemia que vivimos, de muertes más o menos cercanas, de un mundo que, frecuentemente ignora a Dios, pero que, aún sin saberlo lo busca, podemos hacer esta oración:

 

       “Señor Jesús, Resucitado y vivo entre nosotros: te presentamos a todas las personas que llevamos en nuestro corazón. Nosotros mismos nos presentamos a Ti. Sabemos que caminas a nuestro lado: que sepamos verte, que prestemos atención a todas tus “presencias”, que la presencia nuestra en medio de los que nos rodean, sea benéfica en sus vidas y generadora de esperanza.”

 

Paqui López Icardo, OP

 

 

 

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