martes, 9 de diciembre de 2025

Adviento 2025: Hacia la Luz de la Esperanza, en comunidad. (11)

 



Testimonio

    Durante el tiempo de Adviento, la Iglesia nos invita a prepararnos con esperanza y alegría para la venida de Jesús. No es simplemente contar los días para la Navidad, sino abrir el corazón para que Cristo renazca en nosotros y transforme nuestra vida, y ser testimonio, vivir de tal manera que los demás puedan reconocer en nosotros el amor de Dios. Ser manifestación externa de nuestra fe interna.

    El Adviento es un tiempo de espera llena de esperanza. Esperamos la llegada del Salvador que viene a rescatarnos, como el buen pastor que deja a las noventa y nueve ovejas para ir en busca de la que se ha perdido. Muchas veces, nosotros mismos somos esa oveja descarriada, alejados de Dios por nuestros errores, preocupaciones o el ritmo del mundo. Sin embargo, Dios nunca se cansa de buscarnos. Él nos llama con ternura y nos ofrece una nueva oportunidad para volver a su camino.

    Cuando permitimos que Dios nos encuentre y nos abrace con su misericordia, nuestro corazón se llena de una profunda alegría. Esa alegría nace del perdón, del amor recibido y de la certeza de que somos importantes para Él. Entonces, estamos llamados a compartir esa experiencia con los demás. Ser testimonio en Adviento es llevar un mensaje de esperanza a quienes se sienten perdidos, tristes o solos, recordándoles que Jesús también los busca y los ama.

    A través de pequeños gestos de bondad, palabras de ánimo, actos de perdón y momentos de oración, podemos ayudar a otros a reencontrarse con Dios. Así, nuestro testimonio se convierte en una luz que guía a las ovejas descarriadas de regreso al redil, y nuestro Adviento se llena de sentido, esperanza y alegría verdadera.



Oración

Señor Jesús,
en este tiempo de Adviento vengo ante Ti con un corazón humilde y agradecido. Tú, buen Pastor, nunca dejaste de buscarme. Con paciencia y amor me llamaste una y otra vez, hasta que escuché tu voz y sentí tu abrazo misericordioso.

Mi esperanza ha renacido porque Tú me encontraste y me devolviste al redil. Mi corazón se llena de alegría al saber que soy importante para Ti, que no me juzgas por mis caídas, sino que me levantas con ternura y me das una nueva oportunidad.

En este tiempo de espera y preparación para tu venida, quiero abrirte mi corazón para que nazcas en él cada día. Que mi vida, mis palabras y mis acciones sean un reflejo de tu luz, y que a través de mí otras ovejas descarriadas puedan encontrarte a Ti.

Fortalece mi fe, aumenta mi esperanza y llena mi vida de tu alegría. Que este Adviento sea un camino de conversión, de servicio y de amor verdadero.

Amén.

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