martes, 18 de abril de 2023

PASCUA 2023 (9)




Palabras para celebrar juntos la Pascua de Resurrección


-ESPÍRITU-


        ¿Quién o qué es el Espíritu Santo? ¿Cómo podemos reconocerlo? ¿Cómo vamos nosotros a él y él viene a nosotros? ¿Que es lo hace?

        Una primera respuesta nos la da el gran himno pentecostal de la Iglesia: "Veni, Creator Spiritus...", "Ven, Espíritu Creador...". Este himno alude aquí a los primeros versículos de la Biblia, que presentan, mediante imágenes, la creación del universo. Allí se dice, ante todo, que por encima del caos, por encima de las aguas del abismo, aleteaba el Espíritu de Dios. El mundo en que vivimos es obra del Espíritu Creador.

        El mundo no existe por sí mismo; proviene del Espíritu Creador de Dios, de la Palabra Creadora de Dios.

        El Espíritu Santo es el Espíritu de Jesucristo, el Espíritu que une al Padre y al Hijo en el Amor que en el único Dios da y acoge. Él nos une de tal manera, que san Pablo pudo decir en cierta ocasión: "Todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gal.3,28). El Espíritu Santo, con su soplo, nos impulsa hacia Cristo. El Espíritu Santo actúa corporalmente, no sólo obra subjetivamente, "espiritualmente". A los discípulos que lo consideraban sólo un "espíritu", Cristo resucitado les dijo: "Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu -un fantasma- no tiene carne y huesos como veis que yo tengo (Lc. 24, 39). Esto vale para Cristo resucitado en cualquier época de la historia.

        Cristo resucitado no es un fantasma; no es sólo un espíritu, no es sólo un pensamiento, no es sólo una idea. Sigue siendo el Encarnado. Resucitó el que asumió nuestra carne, y sigue siempre edificando su Cuerpo, haciendo de nosotros su Cuerpo. El Espíritu sopla donde quiere, y su voluntad es la unidad hecha cuerpo, la unidad que encuentra el mundo y lo transforma.

        Participad en la edificación del único cuerpo. Los pastores estarán atentos a no apagar el Espíritu (1Ts 5, 19) y vosotros aportaréis vuestros dones a la comunidad entera. Una vez mas: el Espíritu Santo sopla donde quiere, pero su voluntad es la unidad. Él nos conduce a Cristo, a su Cuerpo.


 Benedicto XVI

Homilía 3 Junio 2006


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