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El gozo de la Pascua
Estamos en plena cincuentena Pascual y la vivencia de estos días, llena nuestras vidas de lo que brota en la liturgia y nos empapa hasta en lo más profundo de nosotros mismos: la alegría, la paz, la luz, la vida. Parece que en este tiempo la esperanza se ha hecho realidad, ya no esperamos porque vemos: vemos a Cristo que se ha hecho Vida verdadera, le vemos hecho Pan de Vida, para alimento de nuestros cansancios. Le vemos también hecho luz eterna para el mundo, envuelto en tinieblas, y le vemos como el buen Pastor que nos guía nos cuida y nos conduce. Y le vemos también como la vid verdadera, Él la cepa, nosotros los sarmientos.
¡Cuántos signos visibles y palpables que nos hablan de la presencia de Dios en medio de nosotros! Tenemos muchos motivos para dar gracias a Dios, el primero que nos ama y se entrega por nosotros y además su bondad y su misericordia, que siempre nos espera y nos acoge.
Es tiempo de alegría, de gozar del don de Dios en nuestras vidas, de darlo a los demás y de dejarnos hacer por El, porque lo más grande es ser y sentirnos hijos de Dios. Debemos vivir este tiempo con tanta intensidad como si fuera la plenitud de todos los tiempos, y porque el gozo de la Resurrección es el mayor don para los cristianos. Que se note que es Pascua, que nos vean felices y alegres, y que sepamos también contagiar esta alegría y felicidad a todo el mundo.
Sor Inmaculada Serrano, OP.
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