Señor Jesús,
que partiste y repartiste
tu
pan y tu vino,
tu cuerpo y tu sangre,
durante toda tu vida,
y en la víspera de
tu muerte
lo hiciste también simbólicamente;
te pedimos que cada vez que
nosotros lo hagamos
también "en memoria tuya"
renovemos nuestra decisión
de seguir partiendo y repartiendo,
como tú, en la vida diaria,
nuestro pan y
nuestro vino,
nuestro cuerpo y nuestra sangre,
todo lo que somos y poseemos.
Te
lo pedimos a ti,
que nos diste ejemplo
para que nosotros hagamos lo mismo,
Jesucristo, Nuestro Señor.
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