"Supliquemos al Padre de misericordia que, regidos por aquel espíritu que mueve a los hijos de Dios, caminando por las sendas de nuestros padres, merezcamos llegar sin descarríos a la misma meta de perpetua felicidad"
(Fr. Jordán de Sajonia op, sucesor de Santo Domingo)
Oh, Dios, fuente de toda santidad,
que te dignaste enriquecer a tu Iglesia
con los abundantes dones
de los santos de la Orden de Predicadores;
concédenos seguir sus huellas
de manera que nos unamos un día
en la perpetua fiesta del cielo
con todos los que veneramos hoy en la tierra.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén.
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