martes, 15 de noviembre de 2011

15 de noviembre, san Alberto Magno OP

San Alberto nace en el seno de una noble familia en la Baviera Alemana en 1206. Desea cursar la carrera de Leyes por lo que sus padres le envían primero a Bolonia -que más tarde será cumbre de los estudios juristas-, más adelante a Venecia, y termina en Padua. Allí conocerá a su compatriota, Jordán de Sajonia sucesor de Santo Domingo en el gobierno de la Orden. Queda prendado por la predicación y las cualidades de este hombre; recibe la llamada de Dios y decide ingresar en la Orden de Predicadores en 1224. La oposición de su familia es frontal, pero él permanece fiel a su decisión.

En 1228 es enviado a su Patria como profesor y enseña, primero en Colonia, con posterioridad en Hildesheim, Friburgo, Ratisbona, Estrasburgo y en la Sorbona de París, donde tendrá como discípulo predilecto a Santo Tomás de Aquino. A los estudiantes llegados desde todos los extremos de Europa Alberto les explicaba con espíritu universal una nueva ciencia: la física de Aristóteles según la interpretación de autores judíos y musulmanes.


En 1248 le encontramos de nuevo en Colonia dirigiendo el Estudio General de la Orden en esta ciudad. En los años 1254 a 1257 es elegido Provincial de Teutonia. En 1256 está en Roma y allí, con San Buenaventura, franciscano, defiende los derechos de las Ordenes Mendicantes a enseñar en las Universidades. Allí Alberto es profesor en la Curia Pontificia.

Cuatro años más tarde el Papa Alejandro IV le nombra Obispo de Ratisbona, a pesar de su oposición y la del Maestro de la Orden; a los dos años, con nostalgia de su vida conventual dominicana, el Papa Urbano IV le acepta la renuncia. De 1261 al 1263 es nombrado Predicador papal de la Cruzada y profesor de la Curia Pontificia.

Destaca Alberto por su capacidad, sagacidad y equilibrio en solucionar casos conflictivos, y también por su misión en el campo de la enseñanza y la investigación. Participa en el II Concilio de Lyon.

En 1279 se debilita física y mentalmente. Ese mismo año redacta su testamento y muere en Colonia, con serenidad y paz, sobre su mesa de trabajo. Era el 15 de noviembre de1280.

San Alberto es Magno por la grandeza de su espíritu. Era un hombre abierto a lo universal; escritor y profesor incansable. Como naturalista era un hombre de vocación analítica y observador nato. En sus obras destacan afirmaciones talas como: "Yo lo observé" "Yo hice el experimento" "Esto me lo han referido pescadores o cazadores expertos".

Pero es preciso destacar que Alberto estudia, investiga, analiza todo en función de la Santa Predicación; por eso utiliza tanto las Ciencias Naturales, Biología, Botánica, Química, Zoología, Arqueología, como la Filosofía y la Teología. San Alberto es un científico, pero ante todo es un teólogo, observante y mortificado, hombre de oración ininterrumpida. Pasa muchas noches en la oración, amante de la Eucaristía: "Celebraba los Misterios Divinos con la más grande pureza y el más ardiente amor".

San Alberto Magno es un místico que descubre a Dios en el encanto de la creación. Y un místico mariano, con una sencilla y profunda devoción a la Virgen María. Su amor a la Virgen es ingenuo y profundo a la vez, siendo consciente de que fue María la que lo confortó para perseverar en su vocación y amor al estudio.

Es la personificación más perfecta, junto con Tomás de Aquino, del ideal dominicano: ataca el error previniéndolo y afrontándolo; busca la síntesis de todos los conocimientos, incluidos los provenientes del paganismo; rastrea las huellas de la Verdad en todas las ciencias, humanas y divinas.

Fue canonizado por Pio XI el 16 de diciembre de 1931. Pio XII, en 1941, lo declara Patrono de los científicos.

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