7ª.-
"PADRE, EN TUS MANOS PONGO MI VIDA". Lc 23, 44-49.
Oh dulce dejo, oh dulce muerte, oh dulce sangre, oh
dulces llagas, oh dulce madero, oh dulce peso, oh inestimable caridad, que por
llevar los miserables desterrados al cielo mueres tú, Señor de los cielos, en
un madero! Suplícote, Señor mío, por el dolor de este apartamiento, que al
tiempo que esta pobre alma se apartare de este cuerpo, pues nadie puede carecer
de este doloroso aparta miento, sea yo favorecido con la virtud de este
misterio y acabe con las palabras que tu acabaste, encomendando mi espíritu
en tus manos y recibiéndolo tú en ellas. En medio de estas llagas preciosas se
acabe el postrer punto de mi vida y en medio de esa preciosa sangre sea el
postrero de mis gemidos. Amén.
(Fr. Luis de Granada)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comparte con nosotros...